Los cazadores furtivos y la deforestación amenazan a los cálaos bicornes, una especie de ave asiática parecida a un tucán que es muy preciada por su pico llamativo, indicaron este jueves activistas medioambientales en Birmania (Myanmar).

El Gobierno birmano declaró el pasado marzo a los cálaos bicornes («Buceros bicornis») como especie «protegida» y «amenazada«, pero los traficantes de animales continúan acechando a estas aves que llegan a medir hasta 130 centímetros de alto y 4 kilogramos de peso.

El avistamiento de una bandada de casi 40 de estas aves en la región de Bago, en el sur del país, por un guía que denunció también la presencia de furtivos en la zona el pasado martes ha creado alarma en las redes sociales, donde colgó fotos y contó su experiencia.

«Es muy raro encontrar casi 40 cálaos bicornes en un mismo sitio. Es la primera vez para mí. Cuando los estaba observando, oí algunos disparos», dijo a Efe el guía Ye Min Aung, quien vio a los furtivos dirigiéndose a donde se encontraban las aves.

No es común avistar a los cálaos bicornes porque suelen vivir en zonas densas y poco accesibles en la jungla.

Ye Min Aung, que trabaja como guía de aves desde 2016, dijo que alertó a las autoridades, pero lamentó que la situación de estos animales es muy vulnerable.

El presidente de la Asociación para la Conservación Medioambiental de Aves, Thein Aung, afirmó a Efe que el hecho de que se estén avistando más cálaos bicornes es una señal de la carencia de comida y de árboles donde anidar.

Thein Aung añadió que la protección medioambiental depende ahora del departamento de Conservación Medioambiental y de Bosques, de los que dijo que se preocupan más de la conservación de los bosques que de la fauna.

«Pienso que el Gobierno de Myanmar debería establecer un departamento o ministerio de fauna salvaje con personas preparadas para proteger a las especies vulnerables y amenazadas», aseveró el experto.

Thein Aung explicó que los cálaos bicornes son el símbolo nacional de los chin, un grupo étnico del oeste del país, y que sus picos y plumas sirven de ornamento durante las ceremonias tradicionales.

Uno de los mayores riesgos viene de los furtivos y los traficantes que los cazan y pasan ilegalmente por la frontera con India.