El presidente de EE.UU., Donald Trump, supervisó este martes, a diez días de que termine su mandato, la construcción del muro de la frontera con México. Esta obra, que se convirtió en un emblema de su proyecto político y su discurso contra la migración latinoamericana, quedará, sin embargo, inconclusa.

El mandatario saliente viajará a la localidad de Álamo, en Texas, «para rubricar el término de más de 400 millas [640 kilómetros] de muro fronterizo», informó Judd Deere, uno de los portavoces de la Casa Blanca, en un breve comunicado. «Una promesa hecha y una promesa cumplida», añadía al respecto en tono triunfalista.

Esta será la primera aparición pública de Trump desde el asalto al Capitolio, el pasado 6 de enero, y se produce después de que los demócratas de la Cámara de Representantes presentaran el lunes un artículo para someter a juicio político al mandatario por su papel en estos hechos.

Desde su campaña presidencial, en 2016, el muro se convirtió en uno de los principales proyectos de Trump, quien basó su discurso en contener la migración proveniente de México y Centroamérica, valiéndose de calificativos racistas y xenófobos para referirse a los migrantes.