Las Fuerzas de seguridad tunecinas detuvieron este martes a un total de 432 personas en distintos puntos del país tras la quinta noche de disturbios entre grupos de jóvenes y policía en medio de una crisis política y el endurecimiento de las restricciones para frenar la pandemia del coronavirus.

En Ettadamen, el suburbio más poblado de la capital y uno de los más desfavorecidos, los jóvenes levantaron barricadas y lanzaron piedras, mientras agentes de la policía y la Guardia Nacional respondían con gases lacrimógenos para dispersar la multitud, lo que enfureció a numerosos vecinos que alertaron del gas que inundaba sus domicilios.

A la misma hora que comenzaba el toque de queda- impuesto entre las 20.00 y las 06.00-, el primer ministro, Hichem Michichi, ofreció un discurso a la nación para tratar de calmar las protestas.

«Entiendo a los manifestantes y su deseo de expresarse pero nada justifica no respetar el toque de queda nocturno, ni el pillaje ni la degradación de bienes públicos y privados», declaró.

Según el ministerio del Interior, la mayoría de los detenidos de los últimos días tienen edades comprendidas entre los 14 y los 17 años por lo que instaron a los padres a vigilar a su hijos.

En los últimos días, algunos individuos aprovecharon los enfrentamientos nocturnos para desvalijar supermercados y vandalizar el mobiliario urbano.

En una sesión parlamentaria celebrada hoy, el ministro de Defensa, Brahim Bartagi, reveló la detención de elementos extremistas infiltrados entre los manifestantes en posesión de armas blancas y cócteles molotov.

Varias organizaciones de Derechos Humanos acusaron a los cuerpos de seguridad de hacer un uso excesivo de la fuerza y anunciaron la creación de un comité de apoyo jurídico para los detenidos además de una plataforma online para recoger testimonios de abusos policiales.

En declaraciones a Efe, el director de la ONG Foro Tunecino por los Derechos Económicos y Sociales, Alaa Talbi, aseguró que el uso de la violencia por parte de los jóvenes es un intento de suscitar el debate entre la clase política y la sociedad, así como una manera de demostrar su «existencia».

El responsable insistió en la importancia del fracaso escolar que afecta a cerca de un millón de adolescentes desde 2011 y que se suma a la falta de expectativas de empleo y el proyecto de migración como «única» salida.

«Estos jóvenes no tienen eslóganes, no es una forma de protesta al uso, pero muchos utilizan cánticos de grupos ultras de fútbol. Ya no tienen espacio para expresar su frustración desde el cierre de los estadios, a puerta cerrada en los últimos años, y ahora el cierre de los cafés donde se reunían cada día para desahogarse», explica Talbi.

Las autoridades impusieron el pasado octubre el toque de queda- modificado en varias ocasiones- y duras restricciones en los desplazamientos para tratar de frenar el número de contagios que ha alcanzado más de 184.000 y 5.844 fallecidos. Este martes el país registró su mayor cifra diaria de decesos con 94 personas.

El 14 de enero el Gobierno decretó un polémico confinamiento general de cuatro días, coincidiendo con el día Nacional de la Revolución, que conmemora el décimo aniversario de la caída de la dictadura de Zine El Abidine Ben Ali y que anualmente se convierte en escenario de protestas contra la precariedad.

El Parlamento deberá fijar hoy una fecha para llevar a cabo el voto de confianza del actual Ejecutivo, que realizó días antes una remodelación ministerial tras cinco meses en el poder. Algunos de los nuevos ministros- todos hombres y la mayoría colaboradores estrechos de Mechichi- han sido acusados de corrupción y varios bloques parlamentarios han anunciado que no apoyarán los cambios.