El tercer confinamiento nacional de Israel comenzó hoy a relajarse pese a la alta tasa de contagios y con temor a un nuevo pico, puesta la esperanza en que la avanzada campaña de vacunación contenga la propagación del virus.

Pese a las estrictas restricciones, Israel registró en enero los peores datos de infecciones -más de 10.000 diarios- y muertes por covid-19 desde el inicio de la pandemia, que le obligó a prolongar hasta en cuatro ocasiones este cierre, aliviado desde hoy con una lenta y cautelosa desescalada.

La vida volvió a las calles con la suspensión de las restricciones de movimiento de sus ciudadanos, que ya pueden alejarse a más de un kilómetro del domicilio, la vuelta a los centros de trabajo sin público y algunos servicios personalizados, como peluquerías.

El país se confinó de nuevo el pasado 27 de diciembre coincidiendo con el comienzo de la campaña de vacunación. Fue la tercera vez y sin que entre este cierre y el segundo de septiembre hubiera recuperado su actividad social y económica total ya que restaurantes y lugares de ocio se han mantenido cerrados.

  • Y así continuará, porque todavía no se ha concretado el plan de desescalada, y hoy solo se levantaron mínimas restricciones como la reapertura de las reservas naturales y parques nacionales y las pensiones, siempre y cuando las personas alojadas pertenezcan al mismo núcleo familiar.