En otro movimiento inesperado, los demócratas que actúan como «fiscales» en el juicio político a Donald Trump llegaron a un acuerdo con la defensa del exmandatario para finalmente no citar a ningún testigo, lo que pone fin al drama desatado por la mañana y significa que el proceso podría acabar hoy.

Las dos partes acordaron que se admitirá como prueba un comunicado que publicó anoche la congresista republicana Jaime Herrera Beutler, de línea moderada y que fue uno de las 10 congresistas republicanos que votó en la Cámara Baja a favor del juicio político o impeachment.

La figura de Herrera Beutler ha ganado una gran importancia en las últimas horas porque anoche desveló públicamente en un comunicado implorantes detalles sobre una llamada telefónica entre Trump y el líder republicano en la Cámara Baja, Kevin McCarthy, durante el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero.

Herrera Beutler, que conoce el contenido de la llamada porque McCarthy se lo contó, asegura que Trump se negó a ayudar a los legisladores cuando una muchedumbre irrumpió en el Capitolio.

En concreto, según la legisladora, McCarthy intentó contactar en varias ocasiones a Trump y, cuando finalmente lo consiguió, le pidió que públicamente condenara el salto y pidiera a sus seguidores que pararan, a lo que el entonces mandatario se negó.

«Bueno, Kevin, supongo que esta gente está más enfadada por las elecciones que tú«, le habría respondido Trump a McCarthy.

El contenido de esta llamada también fue publicado anoche por la CNN, que asegura que McCarthy respondió con furia a las insinuaciones de Trump y le dijo que los asaltantes habían entrado en su oficina en el Congreso a través de las ventanas, llegando a decir al entonces presidente: «¿Con quién te crees que estás hablando?«, de acuerdo con un asesor republicano citado por la cadena.

Estas revelaciones hicieron que el Senado de Estados Unidos esta mañana aprobara citar testigos en el juicio político.

Esa decisión fue totalmente inesperada para muchos senadores porque, anteriormente, los dos partidos habían optado por un juicio rápido sin testigos, ya que los demócratas quieren centrarse en la agenda legislativa del presidente, Joe Biden, y los republicanos desean pasar página del asalto lo antes posible.