El largo y solitario viaje de más de 291 millones de millas o 468 millones de kilómetros que el Perseverance inició hace siete meses culminó este jueves. La NASA informó que la misión llegó a la superficie del planeta Marte a las 15:56 horas (tiempo del este de Estados Unidos) tras atravesar la la delgada atmósfera marciana y tocar tierra en el cráter Jezero.

El vehículo de seis ruedas descendió en el Planeta Rojo tras superar lo que los científicos de la agencia espacial NASA llaman «siete minutos de peligro«, tiempo en el que el Perseverance hizo su entrada, descenso y aterrizaje en suelo marciano.

El Perseverance ingresó a la atmósfera de Marte a una velocidad de más de 12 mil millas por horas o más de 19 mil kilómetros por hora y redujo la velocidad en esos 7 minutos para descender con éxito, minutos en los que el «rover» se separó de la nave que lo transportó, para desplegar un «paracaídas supersónico«.

Así se convirtió en el quinto de estos vehículos que explora el planeta vecino, en este caso con la meta de descubrir signos de vida en el pasado.

 

Cinco minutos después de llegar a Marte, Perseverance se encontraba ya listo para iniciar su exploración luego de enviar la primera imagen de la superficie marciana que registra, después publicada en la cuenta oficial en Twitter del robot acompañado del mensaje: «Hola Mundo. Mi primer vistazo al que será mi hogar para siempre«.

«Qué equipo tan increíble para trabajar a través de todas las adversidades y desafíos que conlleva el aterrizaje de un rover en Marte, además de los desafíos de covid«, señaló poco después del amartizaje el administrador interino de la NASA, Steve Jurczyk.

Perseverance carga dos micrófonos, que por primera vez captarán el sonido de Marte, y un helicóptero de cuatro patas y menos de 2 kilogramos de peso, el Ingenuity Mars, que intentará llevar a cabo el primer vuelo controlado y con motor en otro planeta.

Asimismo, allanará el camino para la futura exploración humana más allá de la Luna.

Perseverance, de 6 ruedas, cerca 3 metros de largo y de mil 25 kilogramos, buscará en Marte señales de vida microbiana pasada y recolectará muestras selectas de rocas y sedimentos para su envío futuro a la Tierra.