La pandemia del Covid-19 tomó desprevenidos a todos, y 90 por ciento de las personas fallecidas no tenían testamento, a pesar de que en la Ciudad de México existe una cultura testamentaria y jornadas notariales, por ello se busca una jornada notarial permanente en toda la ciudad, expusó el diputado perredista Víctor Hugo Lobo Román.

El diputado local por el PRD destacó que dicha situación ha dejado una problemática notarial en miles de familias capitalinas.

Por lo anterior propuso un Punto de Acuerdo para solicitar al Gobierno local que de manera coordinada con las 16 alcaldías y la Consejería Jurídica se implemente un “programa emergente de regularización y condonación testamentaria”, de tal forma que se acerque a la población vulnerable dichos servicios y solicitar el refuerzo el trabajo que bridan las notarías a distancia.

En sesión remota, destacó que en la capital del país existe un caos testamentario» a consecuencia de las muertes provocadas por el Covid-19, pues sólo una de cada 20 personas realizó su testamento, lo que se traduce en un grave problema de certeza jurídica.

Víctor Hugo Lobo destacó que las notarias no han dejado de dar servicio durante la pandemia al ser consideradas una actividad primordial y muchos ciudadanos no tiene conocimiento de ellos o de la información referente a los descuentos existentes. Pesé a lo anterior, miles de familias no pueden pagar el trámite.

El Punto de Acuerdo aprobado señala que la elevada tasa de mortalidad y la indefinición jurídica que heredan los afectados, al carecer de este documento jurídico,  hijos, familiares o cónyuges  quedan prácticamente imposibilitados para regularizar el bien heredado,  debido al elevado costo del juicio testamentario y las complicaciones para legalizar las casas, terrenos o bienes.

Finalmente, el documento señala que el programa de  las Jornadas Notariales, debe ser reforzado y aplicado de manera permanente en toda la ciudad, incluso se debe  actualizar  para facilitar  los trámites de manera virtual por videoconferencias.

  • Propuso que en los casos de imposibilidad de  traslado de parte del testamentario, se habilite a  personal capacitado e investido de fe pública para que de manera virtual se lleve a cabo la elaboración del mismo.