Un gol del francés Ousmane Dembélé y otro del argentino Leo Messi reengancharon al Barcelona a la pelea por título de LaLiga al ganar por 0-2 a un Sevilla desconocido e inofensivo en ataque, lo que le facilitó mucho las cosas a su rival.

Dembélé, con un gol al filo de la primera media hora, adelantó al Barcelona tras un primer tiempo con escasísimas ocasiones y en el que los azulgranas fueron superiores a un desaparecido Sevilla, muy conservador, y en el segundo el guión fue aún más favorable a los culés, que sentenciaron a 5 del final con el 0-2 de Messi.

En una cita crucial para meterse en la pelea por el título de Liga, como antesala de la vuelta el miércoles de las semifinales de Copa -con 2-0 de renta para los blancos- en el primero de su doble duelo en cinco días, Ronald Koeman sorprendió con tres centrales atrás para dar más consistencia a su equipo y no dejar espacios.

Los dos equipos salieron con intensidad, con una presión alta, pero con muchas precauciones y sin querer dar opciones al otro, con lo que la lucha se centró en el medio campo y sin apenas ocasiones.

Con un fútbol de mucho control por parte de ambos, el Barça fue ganando su sitio y creando puntuales acciones de cierto peligro, como en un tiro de Dembélé o un saque de falta de Messi intentando sorprender, ambas solventadas sin apuros por el marroquí Bono.

Fueron el anuncio del gol barcelonista, a los 29 minutos, al aprovechar Dembélé un gran servicio de Messi, tras una recuperación del exsevillista Clément Lenglet, para abrir el marcador con un tiro cruzado con la zurda.

A partir de ahí, el Sevilla, absolutamente desaparecido arriba y contemporizador en exceso, quiso dar un paso adelante, pero sin presencia arriba y sin poner nunca en apuros a un serio Barcelona.

En la reanudación, y pese a los tres cambios de una tacada de Julen Lopetegui, descontento con lo que veía, dando entrada a Rekik, Suso y al marroquí En-Nesyri por Diego Carlos, Munir y el Papu, el Barcelona siguió con el dominio ante un impotente Sevilla.

Los sevillistas apenas atacaron. Eran una sombra de su potencial real, no les salía nada y, peor aún, casi ni lo intentaban frente a un Barcelona que, a medio gas, impuso su control y fue el que, con cuentagotas, estuvo más cerca del gol con un centro de De Jong al que no llegó Alba y en un tiro al poste de Dest a la hora de juego.

Lopetegui, viendo la inferioridad de los suyos, metió en el campo a dos ‘jugones’ como Óscar Rodríguez y Óliver Torres, por Rakitic y De Jong, muy desacertados, y aunque el Sevilla fue más vertical, siguió mandando el Barcelona con trabajo, juego y efectividad, como la que demostró Messi a los 85 minutos para sentenciar el choque.

Antes de un tiro alto del astro argentino, tras una gran jugada de un Dembélé muy activo, y de un gol anulado a Lenglet por un claro fuera de juego, Messi marcó su gol número 38 en 42 encuentros ante el Sevilla tras una pared con el guineano Ilaix Moriba.

Ilaix había poco antes e intervino en ese gol del argentino, mientras que la otra cara fue el central uruguayo Ronald Araújo, que sustituyó a Piqué en el 67 y sólo quince minutos después se retiró al resentirse de su lesión, siendo sustituido por el galo Umtiti.

Aún así, en un choque siempre dominado por el Barcelona, el Sevilla se mostró romo en ataque, incómodo y miedoso, con una marcha menos de la que había mostrado en los últimos encuentros y como sintiéndose inferior.

Esta actitud, al final, fue una losa demasiado pesada para los hispalenses y, además de decepcionar a los suyos, ahuyentó su sueño, alimentado más desde fuera que desde dentro, de poder pelear por la Liga.