El boliviano Erwin Tumiri se siente «muy bendecido por Dios» y cómo no, si en 2016 fue uno de los pocos sobrevivientes de la tragedia aérea del club brasileño Chapecoense en Colombia y acaba de evadir nuevamente a la muerte en un accidente en una carretera de Bolivia con una veintena de fallecidos.

Las circunstancias son diferentes a las de hace cinco años, pero la sensación física es la misma por las secuelas que le dejó el primer accidente en la columna, según comentó este miércoles a Efe desde la cama de la clínica privada en la que se recupera tras sobrevivir al despeño de un ómnibus en la víspera.

Con respecto al suceso reciente, Tumiri confesó sentir pena «porque han fallecido muchas personas y a la vez mucha rabia» porque no es la primera vez que la empresa de transporte en la que viajaba sufre un accidente de estas características.

Pero también este joven evangélico, nacido en la ciudad central de Cochabamba en 1991, se siente y sabe bendecido por las dos veces que salvó su vida.

En lo personal, yo me siento muy bendecido por Dios y a Dios no lo dejo para nada, está siempre en mis propósitos, en mis proyectos que tengo que hacer, ahí siempre está Él», sostuvo.