La ONU reveló hoy que ha reunido y analizado información que evidencia que se estarían cometiendo crímenes de guerra y contra la humanidad en Tigray, la región de Etiopía en conflicto y donde diversas fuentes denuncian desde el pasado noviembre que están ocurriendo atrocidades.

«Un análisis preliminar de las informaciones recibidas apuntan a graves violaciones del derecho internacional, que posiblemente son crímenes de guerra y contra la humanidad», dijo la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en una declaración pública difundida en Ginebra.

Los responsables de tales hechos serían por un lado las fuerzas armadas de Etiopía, pero también el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (FLPT), fuerzas de Eritrea (país fronterizo), así como combatientes de la región vecina de Amhara y milicias afines, que apoyan al gobierno.

La región afectada ha sido totalmente aislada por el gobierno, que hasta el momento ha rechazado los llamamientos de la ONU y de numerosos países para que permita la entrada de personal humanitario y de expertos que puedan ver lo que está ocurriendo con una población de casi cinco millones de personas.

El gobierno prometió hace unos días que dejaría entrar a Tigray a trabajadores humanitarios, pero esto todavía no se ha producido.

El conflicto se inició cuando el gobierno central envió al ejército para invadir Tigray, que era gobernada por el FLPT, al que acusaba de haber perpetrado un ataque contra sus fuerzas en la región.

Las comunicaciones de todo tipo están cortadas desde noviembre, un hecho que ha sido denunciado una y otra vez por la comunidad internacional.

En varias ocasiones también se ha denunciado el bloqueo de la entrada de alimentos a la región.

La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, urgió hoy al Gobierno etíope a autorizar la entrada a Tigray de su personal y de otros observadores independientes para determinar lo que está ocurriendo y que los responsables de abusos respondan por sus actos.

Según la responsable de derechos humanos de la ONU, la presencia de múltiples grupos en el campo de batalla, su negativa a asumir responsabilidades y las acusaciones mutuas por los crímenes perpetrados hace evidente la necesidad de investigar de forma urgente las denuncias.

La Oficina de Bachelet ha recibido información de fuentes creíbles sobre violencia sexual y de género, asesinatos y destrucción masiva y saqueos de propiedad pública y privada, perpetrados por miembros de todas las partes en este conflicto.

Entre la información que la ONU considera verídica figura el asesinato de ocho manifestantes por parte del ejército a inicios e febrero y 136 casos de violaciones en hospitales de distintos distritos, aunque hay informaciones que hacen creer que el número de abusos sexuales sería mucho mayor.

El Gobierno últimamente arrestó a periodistas y traductores que colaboraban con medios locales y extranjeros y, aunque han sido liberados, las autoridades han amenazado a aquellos que supuestamente «confunden» a la prensa internacional.

Esta semana Estados Unidos pidió a Etiopía que cese las hostilidades en Tigray y retire a sus fuerzas.