Ciudad de México vivió este lunes 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, una jornada de manifestaciones con gran participación en las que estuvo presente la rabia de un país con cifras alarmantes de feminicidios y donde los gases irritantes de la policía siguieron a ligeros altercados.

La marcha más masiva en la capital mexicana inició poco después del mediodía en el emblemático Monumento a la Revolución, donde se agolparon miles de manifestantes y pronto tiraron las vallas de madera que cubría parte del monumento, apoyadas por el lema «Fuimos todas» que corearon alrededor.

Estoy cansada de tanto abuso. Yo fui una mujer abusada cuando era niña y estoy cansada, no pude decirlo hasta muchos años después. Claro que es justificado (los destrozos), yo estoy de acuerdo. Son muchísimos años de dolor, de callarse, de silencio, y ahora este es el único camino que nos queda», dijo una manifestante, Norma, a Efe.

Poco después, las miles de mujeres caminaron en dirección a la céntrica plaza del Zócalo y causaron algunos destrozos en edificios gubernamentales y comercios, pero se encontraron con el blindaje de los mismos colocados por las autoridades para evitar mayores desperfectos.

Sin embargo, el punto álgido se dio en el histórico Zócalo, frente a Palacio Nacional, donde reside el presidente, Andrés Manuel López Obrador, y que fue blindado con un muro de vallas el pasado fin de semana provocando una gran indignación social por el simbolismo de un cercado frente a la reivindicación feminista.

Las vallas de metal, que se convirtieron en un lugar de homenaje cuando en días anteriores se escribieron sobre ellas los nombres de miles de mujeres desaparecidas y asesinadas en el país, fueron en parte derrumbadas por varios grupos de manifestantes que se enfrentaron durante horas con los efectivos policiales.

PRESENCIA DE GASES IRRITANTES

Durante los enfrentamientos, la policía echó gas de extintores sobre las mujeres presentes que intentaban derribar por completo las vallas para poder aproximarse al Palacio Nacional.

Asimismo, en múltiples ocasiones las manifestantes tuvieron que despejar la zona más cercana a la valla por presencia de gases irritantes, más allá del humo de los extintores.

A pesar de que se vivieron momentos de gran tensión, con muchas manifestantes y reporteras con dificultades para respirar y sin poder abrir los ojos, la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital negó el uso de cualquier tipo de gas pimienta o lacrimógeno.

Primero empezaron con el gas de extintores y ahora nos están echando gas pimienta, haya niños, viejos o lo que sea. Hay algunas (mujeres) que se están cayendo y la verdad nos están agrediendo bastante», declaró a Efe una mujer mayor que recibió el gas irritante.

Finalmente, las manifestantes no lograron traspasar el muro de contención formado por vallas y policías, y poco a poco la concentración en el Zócalo fue dispersándose.

Durante la marcha también estuvieron presentes, además de colectivos feministas, múltiples organizaciones civiles y ONG, madres y familiares de mujeres desaparecidas o víctimas de feminicidio, que suplicaron al presidente López Obrador que coloque en el centro de sus prioridades el fin de esta lacra.

En otras ciudades del país como Querétaro y Chilpancingo también hubo manifestaciones y marchas que terminaron sin otros altercados que algunos destrozos en edificios gubernamentales, locales comerciales y mobiliario urbano.

  • México registró 967 feminicidios en 2020, una cifra casi idéntica a los 969 crímenes por razón de género de un año antes.

Más de 10 mujeres son asesinadas al día, según ONU Mujeres, en un país que tuvo 34.531 homicidios dolosos en 2020.

La violencia contra la mujer se extiende mucho más allá de los asesinatos, que es su expresión más brutal.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía divulgadas en 2019, de los 46,5 millones de mujeres de 15 años y más que hay en el país, el 66,1 % (uno 30,7 millones) ha enfrentado violencia de cualquier tipo alguna vez en su vida.