La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quedó relegada a un sofá lateral durante el encuentro que mantuvo el martes con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, mientras él y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se sentaron en dos sillas en el centro de la sala de la reunión.

«A la presidenta no le hizo gracia«, señaló a Efe una fuente europea cercana a las conversaciones que se desarrollaron en Ankara.

En los vídeos oficiales difundidos del encuentro, puede observarse como Von der Leyen, Michel y Erdogan llegan a una sala en la que hay dos sillas presidiendo la escena y dos sofás laterales y que, mientras los dos hombres se sientan en las sillas, ella se queda de pie.

En una escena posterior, la alemana aparece sentada en el sofá lateral y Michel y Erdogan permanecen sentados en las sillas, cerca de las banderas de la Unión Europea y Turquía.

Según la misma fuente, Von der Leyen aprovechó la conversación para «tener una larga y franca discusión sobre la retirada de Turquía del Convenio de Estambul«, un tratado para combatir la violencia machista, y tratar el asunto de los derechos de las mujeres.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo este jueves lamentar «profundamente» el trato recibido por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Vor der Leyen, en Ankara.

«Lamento profundamente» esa imagen «desastrosa» en Ankara y la impresión generada de «desprecio» hacia Von der Leyen y «a las mujeres en general«, afirmó Michel durante una entrevista en la emisión 50 minutos con del canal LN24.

Bautizado como «sofagate«, el asunto no solo ha provocado una ola de indignación entre los principales grupos de la Eurocámara, que han pedido hoy que ambos mandatarios comparezcan ante el plenario para aclarar lo sucedido, sino también una gran cantidad de críticas en la prensa, lo que ha obligado a Michel a dar explicaciones anoche en una publicación en su página de Facebook y este jueves en la citada emisión en directo.

Visiblemente afectado por la polémica, Michel aseguró que no intervino en aquel criticado momento porque podría haberse interpretado como un gesto «paternalista» por su parte y porque tuvo la «intuición» de que podría haber provocado «un incidente aún más grave» y arruinar los esfuerzos diplomáticos llevados a cabo durante meses para encauzar las relaciones con Turquía.

Mantuvo que había recordado la controvertida escena cientos de veces en su cabeza y que si pudiera volver atrás habría cambiado la disposición de las sillas y añadido una más para que Von der Leyen se hubiese sentado con él y Erdogan al mismo nivel.

El exprimer ministro belga aseguró que las autoridades turcas aplicaron el protocolo de forma estricta y que no informaron de todos los detalles a su equipo, que según dijo no tuvo acceso previamente a la sala en la que se desarrolló la reunión.

En este sentido, el jefe de protocolo del Consejo, Dominique Marro, explicó esta tarde en una nota que, según el Tratado de Lisboa, el presidente del Consejo recibe el estatus de jefe de Estado, mientras que el de la CE, el de primer ministro.

Marro aseguró que su equipo no tuvo acceso previo a la sala donde se celebró la reunión y que, de haber sido así, habría «sugerido» que, «como cortesía, reemplazaran el sofá por dos butacas«.

«Soy consciente -remarcó Michel- de que esas imágenes que duran unos segundos son brutales, chocantes, pero no reflejan la importancia real de las tres horas de reunión» de él y Von der Leyen con el presidente turco.

Según Michel, tras el gesto de sorpresa de la presidenta del ejecutivo comunitario al ver que no había silla para ella y que ha dado la vuelta al mundo, Von der Leyen y él tuvieron un «intercambio de miradas en unos segundos» y «de mutuo acuerdo» decidieron continuar la reunión cada uno en el sitio que le había sido asignado por las autoridades turcas.

Manifestó sentirse «terriblemente afectado y triste» por la imagen que se ha proyectado de él, que aseguró no se corresponde con la realidad ni en su vida privada ni en la política, en la que «siempre» ha mostrado «respeto por las mujeres«, subrayó al recordar que es padre de dos niñas y que su abuela, hacia la que siente una «gran estima«, tuvo una gran influencia en su educación.

Desveló que tras el incidente en Ankara, Von der Leyen y él hablaron «brevemente«, ya que la presidenta de la Comisión prosiguió viaje en solitario a Jordania, y que esperaba poder conversar con ella a partir de esta noche cuando regrese a Bruselas.