La desaparición de cinco miembros de una familia, entre ellos dos menores de edad, en un municipio del occidental estado de Jalisco evidenció la colusión de las agrupaciones policiales municipales con el crimen organizado y la crisis de seguridad que vive la entidad, la segunda más importante de México.

Rogelio Barba, especialista en seguridad en Jalisco, aseguró a Efe que los vínculos de las policías municipales y estatales con los grupos criminales es una constante en todos los estados del país, pues les facilita las actividades ilícitas en ciertos territorios.

Es una práctica sistemática de las organizaciones criminales, sus operadores en el crimen forman parte de la delincuencia autorizada, la delincuencia institucional. Se pone en evidencia el contubernio entre los malos y quienes nos deben de proteger, lo que deja mal parado al esquema de seguridad ciudadana”, dijo en entrevista.