Tres años y medio después de vivir el día deportivamente más triste de su historia, con la clasificación fallida al Mundial de Rusia 2018, Italia da este viernes el pistoletazo de salida a la Eurocopa con un duelo de alta exigencia contra Turquía, un equipo que sabe dar su mejor versión en las citas grandes.

El escenario del Olímpico romano, con 16.000 espectadores en las gradas y el tenor Andrea Bocelli como protagonista de la ceremonia de apertura, alberga el comienzo de una Eurocopa que para Italia debe representar una redención y la guinda al renacimiento lanzado por el técnico Roberto Mancini.

La eliminación sufrida en noviembre de 2017 contra Suecia en al repesca mundialista representó un «año cero» para Italia, que desde entonces, tras la llegada de Mancini, volvió a empezar hasta encadenar una racha de 27 partidos sin conocer la derrota que le devolvieron a la elite del fútbol europeo.

Ya no queda ningún superviviente del equipo campeón del mundo de 2006, del que Gianluigi Buffon fue el último en dar su adiós, pero Mancini armó a una selección competitiva, que cuenta con elementos de alto recorrido internacional como Leonardo Bonucci, Giorgio Chiellini o Marco Verratti, y jóvenes llamados a afirmarse definitivamente entre los más grandes.

  • Es el caso del meta Gianluigi Donnarumma, de Nicoló Barella, de Federico Chiesa o de Manuel Locatelli, quien tendrá el reto de sustituir al lesionado Verratti este viernes en el debut italiano frente a Turquía.