El ambicioso programa S-80 de España ha puesto al país ibérico dentro del selecto club de los diez países del mundo con capacidad técnica para producir un submarino; dentro de este grupo figuran: Francia, Reino Unido, Suecia, Rusia, Alemania, Estados Unidos, Corea del Sur, China, Japón y ahora España.
El pasado 22 de abril, Leonor de Borbón, princesa de Asturias, botó el submarino “Isaac Peral” tras 19 años de fabricación en astilleros puramente españoles.
Hasta el primer trimestre de 2023 será entregado el submarino a la Armada, cabe mencionar que el programa, en total, incluye la fabricación de cuatro sumergibles.
Al respecto, Rodrigo explica que el único submarino al servicio de la Armada de España es el Tramontana (S-72) construido en la década de 1980 y hace labores en el Mediterráneo.
“Para solucionar esto, llega una nueva arma submarina, el S-80 que es la nueva generación de submarinos que piensa reflotar España y llevarla a lo más alto, al menos en lo que a tecnología y armamento se refiere y en la apuesta de entrar en el selecto club de países capaces de fabricar sus propios submarinos”, señala el experto en periodismo militar.
Con este submarino, puntualiza Isasi, hay una relación de amor y odio, y es que no empezó con buen pie, porque si bien era capaz de sumergirse su sobrepeso impedía que flotase.
El experto militar explica que para solucionarlo, entre otras medidas, se aumentó su eslora en 10 metros, con el consiguiente sobrecoste y la obligación de reformar las fosas de atraque de la base naval de Cartagena, en Murcia, para que cupiera el nuevo monstruo metálico.
Una vez superadas las deficiencias, lo que se sabe es que los cuatro submarinos S-80 fabricados también por Navantia servirán para apoyar el trabajo de la Armada que tras varios años de retrasos, problemas y sobrecostes (primero se habló de una inversión total por mil 700 millones de euros y terminó en 976 millones de euros por submarino) podrá finalmente contar con los nuevos aparatos de defensa.
“El programa original contemplaba botar el primer submarino de la serie en 2013 y tenerlo ya operativo en 2015, pero todo el proyecto se tambaleó cuando las pruebas en simuladores detectaron un sobrepeso de 125 toneladas en la nave que le hubiera impedido flotar. Las causas de este error de cálculo nunca han quedado aclaradas”.
A colación
Al sumergible botado recientemente le seguirán próximamente: el submarino S-82 Narciso Monturiol, en diciembre de 2024; el S-83 Cosme García, en octubre de 2026; y el S-84 Mateo García de los Reyes, en febrero de 2028.
“Sólo los países más avanzados del mundo son capaces de desarrollar un proyecto tecnológico de esta envergadura, por lo que sitúa a España entre los mejores del sector” a juicio de Navantia.
La intención de Defensa no es únicamente ampliar y modernizar su flota interna sino también poner esta tecnología a disposición de las fuerzas militares que en el resto del mundo deseen tener un S-80 entre su artillería naval.
Entre sus características más notables figuran: 1) Un grado de tecnología muy elevado, como el sistema de propulsión independiente de la atmósfera (AIP); 2) un sistema de última generación para el combate y apoyo a las operaciones de fuerzas especiales; 3) reducción en el número de personas que lo tripulan con 32 marinos; 4) un sistema de propulsión independiente del aire (AIP) que lo hace invisible a los enemigos porque no genera ningún ruido; 5) además cuenta con una estupenda autonomía operativa bajo el agua soportando 21 días seguidos sin salir a flote.
De acuerdo con Navantia en sus misiones podrá realizar tanto operaciones de apoyo integrado para las que dispondrá de un sistema de comunicaciones e intercambio de información en tiempo real 100 por ciento fiable y seguro, como otras misiones de vigilancia, disuasión y enfrentamiento de amenazas como campos minados, buques de superficie y otros submarinos, tanto convencionales como nucleares.
Se va abriendo paso a una nueva generación de tecnología militar más acorde a un mundo cambiante y lleno de desafíos contrarrestados con inventiva y técnicas vanguardistas.
