El aumento del precio del gas doméstico y de algunos alimentos provocó que la inflación se colocara en una tasa anual de 5.75 por ciento en la primera quincena de julio, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Por medio de Twitter, el subgobernador del Banco de México (Banxico), Jonathan Heath, advirtió que “la noticia de inflación que se da a conocer hoy es definitivamente mala: la tasa subyacente de la primera quincena de julio es la más elevada para una quincena similar desde 1999”.

Al interior del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación subyacente, integrada por los costos de mercancías y servicios, excepto productos agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno se elevó 0.31 por ciento para alcanzar una tasa anual de 4.64% en los primeros 15 días de julio.

Por su parte, la inflación no subyacente, compuesta por los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado, que precisamente excluye la inflación subyacente, aumentó 0.55%, resultando una variación anual del 9.24%.

En la primera quincena de julio, los precios que más incrementaron fueron: calabacita en 15.94%; la cebolla, 12.25%; el gas doméstico LP, 4.01%; la tortilla de maíz, 1.54%; y en menor medida subieron los costos de la carne de res, automóviles, los servicios turísticos en paquete, los refrescos envasados, así como de los restaurantes y similares.

En contraste, disminuyeron los precios de la uva, el tomate verde, el huevo, melón, de la gasolina de bajo octanaje, limón, papaya, aguacate, blusas y playeras para mujer, así como los pantalones, faldas y vestidos para niña.

Por ahora, Banxico considera que se trata de un efecto transitorio y espera que la inflación vuelva a estar dentro del rango objetivo para la segunda mitad de 2022.

Sin embargo, en su última reunión a finales de junio, la Junta de Gobierno decidió aumentar la tasa de interés 0.25 puntos porcentuales hasta 4.25 por ciento después de que la inflación se situara en 6.02 por ciento en la primera quincena de junio.

Con esta medida, que sorprendió a los analistas, la institución bancaria dio un golpe de timón a la política de recortes iniciada en 2019 para enfrentar la desaceleración económica, ya presente antes de la pandemia.