Autoridades de África occidental confirmaron el primer caso conocido de virus de Marburgo en la región, después de que por lo menos una persona falleció de la fiebre hemorrágica en Guinea, anunció el lunes la Organización Mundial de la Salud.
Las autoridades de sanidad informaron que trataban de rastrear a todos los que pudieron haber estado en contacto con el paciente que buscó atención médica en Guéckédou.
El caso fue reportado en la misma zona de Guinea en la que empezó una epidemia de ébola que mató a 11 mil 325 personas entre entre 2014 y 2016. A principios de este año, un brote mucho más pequeño de ébola también azotó la misma región cerca de las fronteras de Guinea con Sierra Leona y Liberia, con un saldo de 12 decesos.
El virus de Marburgo pertenece a la misma familia del Ébola, y se han registrado brotes en otras partes de África, como Angola, el Congo, Kenia, Sudáfrica y Uganda.
Un laboratorio de Guinea y Instituto Pasteur en la vecina Senegal confirmaron el nuevo caso en África occidental, indicó la OMS.
“El potencial del virus de Marburgo para propagarse a lo largo y ancho significa que tenemos que detenerlo en seco”, comentó el doctor Matshidiso Moeti, el director regional de la OMS para África.
“Estamos trabajando con las autoridades de salud para poner en marcha una respuesta rápida que se base en la experiencia y los conocimientos de Guinea en la gestión del ébola, que se transmite de forma similar”, añadió.
Los brotes del virus de Marburgo empiezan cuando un animal infectado, como un mono o un murciélago de fruta, transmite el virus a un humano. Posteriormente, el virus se propaga de persona a persona mediante el contacto con fluidos corporales.
Los síntomas de la enfermedad incluyen fiebre y dolores musculares, y algunos pacientes llegan a sufrir hemorragias a través de cavidades como los ojos y las orejas. No hay ningún medicamento aprobado para tratar al virus, pero la rehidratación y otros tratamientos pueden mejorar las posibilidades de supervivencia del paciente.
Las tasas de mortalidad han alcanzado un 88% en brotes anteriores, pero la OMS señaló que la cifra ha variado en función de la cepa y la manera en que se manejaron los casos.