La Comisión de Competencia surcoreana (KFTC) anunció hoy la imposición de una multa de 207.400 millones de wones (176,8 millones de dólares) al gigante tecnológico Google por imponer el uso de su sistema operativo en dispositivos móviles.

El regulador surcoreano de competencia abrió una investigación a la compañía estadounidense en 2016 ante las quejas presentadas por fabricantes nacionales de teléfonos móviles como Samsung Electronics o LG, por obstaculizar el uso en sus dispositivos de sistemas operativos distintos a Android, el desarrollado por Google.

La KFTC considera que Google ha distorsionado la libre competencia al requerir a los fabricantes la firma de un acuerdo para conceder licencias para su tienda de aplicaciones y acceso a sus sistemas operativos, lo que dificulta que puedan desarrollar sus propias versiones de Android.

Esta práctica ha permitido al coloso con sede en California cimentar su dominio en el mercado de plataformas para «smartphones» y obstaculizar el desarrollo de otros sistemas operativos, según el regulador surcoreano.

La KFTC también ha ordenado a la filial coreana de Google tomar medidas para corregir esta situación, mientras que la compañía estadounidense ha anunciado su decisión de recurrir la decisión del regulador surcoreano, según recoge la agencia local Yonhap.

La sanción llega después de que Corea del Sur se convirtiera el pasado agosto en el primer país del mundo en legislar en contra del monopolio que mantienen Google y Apple en la descarga de aplicaciones móviles.

En virtud de la nueva norma aprobada por la Asamblea Nacional los desarrolladores de aplicaciones deberán contar con canales ajenos para comercializar sus productos sin tener que hacerlo a través de las tiendas de los dos gigantes estadounidense ni someterse a su sistema de comisiones por venta.

El Departamento de Justicia de Estados unidos también abrió un procedimiento contra Google el año pasado por abuso de posición dominante en el mercado publicitario, mientras que la Unión Europea le impuso una multa de 4.300 millones de euros en 2018 por prácticas monopolísticas en los mercados de aplicaciones y sistemas operativos para móviles.