La directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Afganistán, Mary Ellen McGroarty, advirtió este miércoles que la economía afgana podría colapsarse en semanas y profundizar aún más la crisis humanitaria que sufre el país, por lo que insistió en la urgencia de que los países donantes envíen más fondos.

«La economía está al borde del colapso (…) no soy una experta en macroeconomía, pero diría que probablemente sea una cuestión de semanas porque todo tiene un efecto en cadena, es como un dominó», dijo McGroarty en una rueda de prensa virtual en la sede de Naciones Unidas de Nueva York.

La responsable de la agencia de la ONU subrayó que espera que aumente el número de personas que necesitan ayuda humanitaria en el país, donde antes del 15 de agosto, cuando los talibanes se hicieron con el control de Kabul, 18 millones de personas ya necesitaban asistencia humanitaria, y de ellos, 14 millones sufrían alta inseguridad alimentaria.

Desde la capital afgana, McGroarty enumeró algunos de los principales problemas económicos que atraviesa el país asiático tras el fin de dos décadas de ocupación estadounidense.

Entre ellos, citó la crisis de liquidez que ha obligado a los bancos a permitir únicamente la retirada de 200 dólares semanales, la depreciación de la moneda local, el «desmoronamiento» de los servicios básicos como el sanitario, el impago de salarios o la escasez de puestos de trabajos en un país donde la economía informal juega un papel «importante».

Además, los precios de los alimentos y los combustibles casi se han triplicado en las últimas semanas.

«La sequía y la crisis económica que se superponen están empujando a la gente al borde de la supervivencia, la gente está vendiendo sus enseres domésticos (…) para comprar comida, pero no están comiendo todos los días, están reduciendo las raciones y están comiendo comida menos sana», subrayó.

Su intervención ante los medios coincide con el llamado conjunto del PMA y otros organismos de la ONU como UNICEF, la FAO o la OCHA así como ONG que trabajan sobre el terreno para pedir a los países donantes que cumplan sus promesas y aporten los fondos necesarios para prestar asistencia a la población.

Según un comunicado difundido hoy, de los 606 millones solicitados por la ONU el pasado 13 de septiembre para proporcionar ayuda prioritaria para salvar vidas a 10,8 millones de las personas más vulnerables antes de fin de año, sólo se ha recaudado un 35 % de esa cantidad.

«Las promesas y compromisos de los donantes deben convertirse en realidad urgentemente para garantizar que las organizaciones humanitarias puedan responder antes de que sea demasiado tarde», aseguraron los organismos de la ONU.

En este sentido, pidieron a los estados miembros de la ONU que «permitan el movimiento rápido y sin restricciones de suministros y personal humanitario dentro y fuera de Afganistán, y que proporcionen exenciones financieras humanitarias para permitir que los fondos lleguen a las organizaciones de ayuda en el país».