El gobierno de México deportó a Colombia al exlíder de las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Granda Escobar, quien estuvo detenido unas horas por la Interpol en el área de migración del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) por una ficha roja solicitada por Paraguay, país que lo requiere por los delitos de secuestro, asociación criminal y homicidio doloso.

De acuerdo con fuentes federales, tras varias horas las autoridades mexicanas determinaron no activar la ficha roja contra Granda Escobar por la inmunidad que le otorgan los acuerdos de paz firmados con el expresidente colombiano, Juan Manuel Santos.

El partido Comunes, en el cual milita Granda Escobar, confirmó que el exlíder Guerrillero regresa a Colombia, después de que las autoridades mexicanas revisaran la situación,» sin detenerlo nunca».

Por lo que se prevé que Granda Escobar tome un vuelo de regreso a Bogotá la madrugada de este miércoles.

Rodrigo Granda Escobar y el presidente del partido Comunes, Rodrigo Londoño, alias «Timochenko» y  exdirigente de la guerrilla colombiana, arribaron el martes a la Ciudad de México para participar en un foro organizado por el Partido del Trabajo (PT), con permiso de la Justicia Especial para la Paz, que es el mecanismo por el cual se investiga y juzga a los integrantes de las FARC-EP, miembros de la Fuerza Pública y terceros que hayan participado en el conflicto armado que padeció Colombia.

Rodrigo Granda Escobar, alias Ricardo Téllez, exguerrillero colombo-venezolano fue conocido como el Canciller de las Farc, durante su época como miembro la extinta guerrilla.

Antes de ingresar a la guerrilla militó en el Partido Comunista Colombiano y posteriormente en la Unión Patriótica.

En diciembre del 2004, durante el gobierno de Álvaro Uribe, por las relaciones bilaterales entre Venezuela y Colombia fue capturado por estar participando en una conferencia a nombre de las FARC-EP en Caracas.

En el 2007, Granda, hoy de 72 años, fue liberado para facilitar la liberación de los secuestrados políticos, entre ellos la franco-colombiana Ingrid Betancourt.

Además, Granda fue uno de los negociadores de las FARC en el diálogo con el gobierno colombiano, que dio lugar al acuerdo de paz firmado en el 2016.