Artesanos de la Ciudad de México celebran entre centenares de sombreros, vestidos, coronas, sillas, entre otros artículos, la llegada del Niño Dios.

Debido a la pandemia por Covid-19, después de que en enero del 2021, las autoridades de la CDMX no permitieron la instalación tradicional de los puestos, por el riesgo a un aumento de congios y fallecimientos, muchos artífices tuvieron bajas económicas, sin embargo, para este 2022, muestran indicios de recuperación financiera; gracias al tradicional Día de la Candelaria.

En una entrevista para EFE, Carlos Contreras menciona que, gracias a esta festividad, se ha recuperado económicamente y podrá pagar la universidad de su hijo.

“Yo tengo un hijo en la universidad y tengo que solventar esos gastos, estamos casi más horas aquí a la fuerza que por voluntad», dijo a Efe Carlos Contreras.

Como Carlos, miles de personas sustentan sus gastos por la venta del Niño Dios, ya que en México es una figura emblemática de la religión católica y por estas fechas, los capitalinos abarrotan cada febrero  varias calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, donde se venden, vestidos, zapatos, accesorios y reparaciones del Niño Dios, aquí los clientes caminan de puesto en puesto buscando el mejor atuendo que lucirá la imagen católica.

El inicio de la navidad llega con el nacimiento del Niño Dios, que se celebra el 24 de diciembre, sin embargo, el 2 de Febrero es marcado con el fin de la navidad, de las fiestas decembrinas, pues muchos fieles creyentes de esta figura llevan a su Niño Dios a misa, con la vestimenta adquirida en el Centro Histórico y en cualquier parte de México.

También, gracias a las vacunas, los mexicanos se sienten seguros, aunque muchos aún se encuentran temerosos por el alza de contagios debido a la variante Ómicron, pero este año, las calles lucen llenas de devotos.

“Ahorita la gente está respondiendo porque uno ya sale con confianza. Nosotros ya tenemos las vacunas (…), yo salgo con más confianza, siento que eso me da fortaleza para integrarme a la sociedad, porque estábamos prácticamente escondidos», relató Carlos.