Washington, 7 feb (EFE).- EE.UU. y la Unión Europea (UE) reafirmaron este lunes su «unidad» en la respuesta ante la amenaza rusa en Ucrania, con la preparación de un paquete de «duras sanciones» y la «cooperación estratégica» para asegurar el suministro de gas en Europa en caso de que Moscú ataque Kiev.

El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y el alto representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, encabezaron en Washington el Consejo Energético EE.UU.-UE en medio de las crecientes tensiones con Moscú.

«Hemos desarrollado una respuesta rápida y de gran impacto que podría producir enormes costes en la economía y el sistema financiero ruso», advirtió Blinken en una rueda de prensa con Borrell en el Departamento de Estado.

De hecho, aseguró que habrá «consecuencias profundas y reales» para Moscú si continúa «el camino de la agresión».

Borrell, por su lado, reconoció la tensa y compleja situación que se vive en el este de Europa.

«Ciertamente, estamos viviendo los tiempos más peligrosos para la seguridad en Europa desde el final de la Guerra Fría», sostuvo el jefe de la diplomacia europea.

Ambos insistieron en que aún hay «espacio» para la diplomacia con el fin de desalentar a Moscú en su escalada militar respecto a Ucrania, y afirmaron que hay «unidad» y «cooperación estratégica» de los aliados occidentales en caso de un ataque a Kiev.

MOSCÚ Y EL GAS NATURAL COMO ARMA GEOPOLÍTICA

La reunión se celebró en medio de las acusaciones de EE.UU. y la UE a Rusia por jugar con el suministro de gas a Europa en función de sus intereses estratégicos.

Así lo indicó Borrell, quien lamentó que Rusia «no duda en utilizar» la energía como «un arma para beneficios geopolíticos» en un momento de escasez mundial, y donde la dependencia europea del gas natural ruso es clave.

En las últimas semanas, la UE trabaja para diversificar sus suministros ante un eventual escenario de conflicto y de bloqueo de Moscú.

«Hemos contactado con nuestros principales proveedores de energía para reforzar nuestra preparación y asegurar que el flujo energético sigue siendo confiable, asequible y seguro», dijo Borrell, al referirse a las conversaciones en marcha con Noruega, Catar, Azerbaiyán y Argelia, entre otros.

Actualmente, se está intensificando el comercio con Estados Unidos, que ya es el mayor proveedor de gas natural licuado (GNL) de Europa.

NO ES ALARMISMO, SON HECHOS

En los últimos días ha habido críticas a EE.UU., desde donde han salido informes de inteligencia que apuntan a una invasión rusa «en cualquier momento» y de efectos devastadores.

Estas alertas han generado incomodidad, especialmente en Ucrania, donde el Gobierno ha insistido en que si bien el peligro es real no es inminente.

Blinken salió al paso y recordó el masivo despliegue militar ruso a lo largo de la frontera con Ucrania, e incluso, en la vecina Bielorrusia, aliada de Moscú y que también comparte frontera con Ucrania.

«Esto no es alarmismo. Son simplemente los hechos (…) Hemos visto cómo en los últimos meses se han acumulado fuerzas rusas en las fronteras con Ucrania, y no está ocurriendo de la nada», sostuvo el titular de Exteriores estadounidense, quien recordó que en 2014 Rusia se anexionó la península de Crimea.

En la misma línea se expresó Borrell, quien aseguró que «nadie concentra 140.000 soldados fuertemente armados» en la frontera con Ucrania para «tomar té».

Este fin de semana se conocieron las últimas proyecciones del Pentágono y la inteligencia estadounidense, que consideran que una invasión potencial rusa a gran escala en Ucrania provocaría más de 50.000 víctimas y cerca de 5 millones de refugiados en otros países.

De acuerdo con este escenario, citado por el diario The Washington Post este domingo, la invasión rusa lograría tomar Kiev en dos días.