Un colectivo de 664 científicos rusos, encabezados por miembros de la Academia de Ciencias de Rusia y el Nobel de Física Konstantín Novosiólov, protestaron este viernes contra los actos de guerra «sin justificación racional» lanzados por Rusia en Ucrania y exigieron su cese.

«Exigimos el cese inmediato de todos los actos de guerra contra Ucrania. Exigimos el respeto de la soberanía y la integridad del territorio ucraniano. Exigimos la paz para nuestro país», escriben los científicos en una carta abierta en el diario francés Le Monde.

Los investigadores califican esta guerra de «injusta y absurda» y denuncian que esta «decisión fatal causará la muerte de un gran número de personas».

«Esta guerra no tiene ninguna justificación racional. Los intentos de manipular la situación en el Donbás y de servirse como pretexto para iniciar operaciones militares no engañan absolutamente a nadie. Es evidente que Ucrania no representa una amenaza para nuestro país», apuntan.

Para ellos, esta guerra es «contraria a los fundamentos del sistema de seguridad colectiva».

«La responsabilidad de iniciar esta nueva guerra en Europa recae enteramente en Rusia», denuncian los firmantes, entre los que se encuentran el linguista Aleksandr Anikin, el matemático Viktor Vasilev o el físico Konstantín Novosiólov, que obtuvo en 2010 el premio Nobel de Física.

Los investigadores, entre los que hay geólogos, filólogos, historiadores, periodistas y catedráticos de distintos campos y con representación en las academias científicas del país, recordaron los vínculos entre Ucrania y Rusia.

«Nuestros padres, abuelos y bisabuelos combatieron juntos a los nazis. Iniciar una guerra para satisfacer las ambiciones geopolíticas de dirigentes de la Federación de Rusia, movidos por consideraciones históricas dudosas y fantasiosas, es traicionar su memoria», señala la misiva.

Los científicos dicen «comprender la opción proeuropea de sus vecinos» y están convencidos de que los problemas entre ambos países pueden resolverse de forma pacífica.

«Iniciando esta guerra, Rusia se ha condenado al aislamiento internacional y a un destino de país paria. Esto significa que nosotros, investigadores, no podremos ya hacer nuestras investigaciones con normalidad pues el avance científico es impensable sin una cooperación profunda con países colegas», añaden.

Se muestran preocupados por que el aislamiento de Rusia agrave aún más «la degradación cultural y tecnológica» del país y asumen que la guerra con Ucrania «es un paso al vacío».

«Con dolor, vemos a nuestro país, cuyo rol en la derrota del nazismo fue decisivo, encender en este momento una nueva guerra en el continente europeo», lamentan los firmantes.