Autoridades sanitarias del Reino Unido detectaron este miércoles dos nuevos casos de viruela del mono y elevaron a un total de nueve las personas contagiadas que se han identificado desde el pasado 6 de mayo.

Los últimos casos no están conectados con los anteriores, indicó en un comunicado la Agencia de Seguridad Sanitaria nacional (UKHSA), que está «investigando con urgencia dónde y cómo» se produjeron los contagios.

«Estos casos, junto con la información sobre casos en países del resto de Europa, confirma nuestra preocupación inicial de que podría haber transmisión comunitaria de la viruela del mono», afirmó Susan Hopkins, consejera médica jefe de la UKHSA.

Los síntomas iniciales de la enfermedad incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, nódulos linfáticos inflamados, escalofríos y agotamiento, indica la agencia.

También puede desarrollarse una erupción cutánea, que a menudo comienza en el rostro y se extiende a otras partes del cuerpo, incluidos los genitales.

«La erupción evoluciona y atraviesa diversas etapas. Puede tener una apariencia similar a la varicela o a la sífilis, antes de finalmente formar una costra que más tarde se cae», describen las autoridades británicas.

La agencia indica que la viruela del mono no ha sido descrita hasta ahora como una enfermedad de transmisión sexual, si bien recalca que «puede ser transmitida por el contacto directo durante el acto sexual».

La UKHSA recomienda «particularmente a aquellas personas gais, bisexuales y a hombres que mantienen sexo con otros hombres (MSM, en inglés) que estén alerta sobre cualquier erupción o lesión inusual».

En España, 23 casos

La Comunidad de Madrid ha detectado 23 posibles casos de infección por viruela del mono en la región, y el Ministerio de Sanidad, junto con los gobiernos regionales, han activado la alerta sanitaria.

En estos momentos, esos casos se encuentran en estudio en coordinación con el Centro Nacional de Microbiología para confirmar el diagnóstico.

En general la transmisión de la enfermedad se produce por vía respiratoria, pero por las características de los 23 casos sospechosos de infección apunta a que ha sido por contacto con mucosas durante las relaciones sexuales, informó este miércoles la Consejería de Sanidad madrileña.

También conocida como «monkeypox», se trata de una enfermedad muy poco frecuente, que generalmente se presenta con fiebre, mialgias, adenopatías (inflamación en los ganglios) y erupción en manos y cara, similar a la varicela y se transmite a través del contacto con animales o en contacto próximo con personas infectadas o materiales contaminados.

Las personas en estudio evolucionan positivamente y se encuentran aisladas en sus domicilios, aunque se debe mantener una vigilancia estrecha ya que pueden llegar a requerir ingreso hospitalario.

Los primeros casos humanos de la enfermedad se identificaron en la República Democrática del Congo en 1970 y el número ha ido aumentando durante la última década en países de África occidental y central.

Portugal confirma 5 casos

Portugal ha confirmado cinco casos de la viruela del mono o «monkeypox» y mantiene bajo vigilancia otros 15 casos, todos pacientes de «sexo masculino, estables y con lesiones ulcerativas», informó hoy la Dirección General de Salud lusa.

La veintena de pacientes se encuentra en la región de Lisboa y Valle del Tajo, ha explicado en un comunicado este miércoles la DGS, que ha anunciado que centralizará «todas las acciones de detección, evaluación, gestión y comunicación de riesgo relacionadas con estos casos» a través del Centro de Emergencias en Salud Pública (CESP).

Los cinco casos fueron comprobados por el Instituto Nacional de Salud Doutor Ricardo Jorge (INSA).

La DGS ha puesto sobre aviso a los profesionales de salud para «identificar eventuales casos sospechosos y notificarlos».

Asimismo, ha resaltado que deben buscar consejo médico aquellas personas que presenten lesiones ulcerativas, erupción cutánea, ganglios palpables, posiblemente acompañados de fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolor muscular y cansancio.

Ante casos sospechosos, los afectados deben «abstenerse de contactos físicos directos».