Gobierno de Sri Lanka anunció este martes el fin del estado de emergencia que se impuso en la nación insular hace casi un mes para contener las intensas protestas callejeras que sumergieron al país y sus instituciones en semanas de caos.

El presidente de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, aseguró que no habrá necesidad de una extensión del estado de emergencia impuesto el pasado 18 de julio ya que el país ha vuelto a la «normalidad», según informó la oficina de prensa presidencial en un comunicado.

Así, de acuerdo con lo previsto, el estado de excepción deberá concluir el próximo 18 de agosto.

La medida, ratificada también por el Parlamento, fue impuesta por Wickremesinghe poco después de que este asumiera la Presidencia en funciones, tras la salida del país del exmandatario Gotabaya Rajapaksa, obligado a huir de su residencia oficial el pasado 9 de julio por la protesta de miles de manifestantes.

La decisión de no prolongar la medida llega en medio de fuertes críticas contra el recién formado Gobierno de Wickremesinghe por el uso del estado de emergencia como una forma de intimidar y reprimir a los manifestantes antigubernamentales.

Este régimen permite a las fuerzas de seguridad detener personas y registrar propiedades privadas sin intervención judicial.

La mirada internacional sobre los asuntos de derechos humanos en Sri Lanka es de especial importancia para el Gobierno esrilanques, que intenta conseguir el apoyo de la comunidad internacional para aliviar la grave crisis económica en la que está sumergida el país y que provocó las protestas.

Un grupo de trabajo de la ONU criticó recientemente al uso “extensivo, prolongado y repetido” del estado de emergencia por parte de las autoridades de Sri Lanka para “reprimir a los manifestantes pacíficos y evitar que expresen sus quejas en medio del colapso económico del país”.