Cuando los astronautas estadounidenses Barry “Butch” Wilmore y Sunita Williams despegaron el 5 de junio en una misión de prueba a la Estación Espacial Internacional (ISS), su expectativa era regresar a casa en cuestión de días. Sin embargo, casi dos meses después, la pareja se enfrenta a la posibilidad de pasar el verano boreal y, potencialmente, las festividades de Navidad y Año Nuevo en el espacio.
Wilmore, de 61 años, y Williams, de 58, volaron a bordo de la nave espacial Boeing Starliner, la cual estaba destinada a probar su funcionamiento antes de futuros vuelos. A pesar de haber llegado de manera segura a la estación, durante la aproximación surgieron problemas técnicos, incluyendo fugas en el sistema de propulsión y el apagado de algunos propulsores. Debido a estos inconvenientes, los astronautas necesitan un medio de transporte alternativo para regresar a la Tierra si la Starliner no es considerada apta.
En una conferencia de prensa realizada el miércoles, funcionarios de la NASA afirmaron que aún no se han tomado decisiones definitivas sobre los próximos pasos. «Nuestra principal opción es que Butch y Suni regresen en la Starliner», declaró Steve Stich, del Programa de Tripulación Comercial de la NASA. «Sin embargo, hemos realizado la planificación necesaria para asegurarnos de que tenemos otras opciones abiertas».
Entre las alternativas que se están evaluando, se menciona la posibilidad de que Wilmore y Williams regresen a la Tierra junto a una misión programada para septiembre. Esta misión, que utilizará una nave Crew Dragon de SpaceX, podría llevar a los astronautas de regreso en febrero de 2025, lo que significaría que pasarían más de ocho meses en la ISS, en lugar de los ocho días inicialmente previstos. Si se opta por este plan, la Starliner regresaría sin tripulación y bajo control informático.
Los funcionarios de la NASA señalaron que la decisión final podría tardar una semana o más en tomarse.
Aunque el tiempo en el espacio de Wilmore y Williams será considerablemente mayor al que habían anticipado, no son los primeros en experimentar períodos prolongados en órbita. El ruso Valeri Polyakov ostenta el récord de 437 días en el espacio a bordo de la estación espacial Mir en los años 90, mientras que el estadounidense Frank Rubio regresó de la ISS el año pasado tras 371 días, el tiempo más largo que un estadounidense ha pasado en el espacio. Además, el ruso Oleg Kononenko, actualmente en la ISS, ha acumulado más de 1,000 días en el espacio a lo largo de su carrera.
A pesar de la situación, ambos astronautas han manifestado una actitud optimista. «No me quejo de que estemos aquí un par de semanas más», comentó Williams el mes pasado, reflejando su disposición a adaptarse a esta inesperada extensión de su misión.
Con la incertidumbre aún en el aire, la comunidad espacial sigue atenta a los desarrollos de esta misión sin precedentes.