Una mujer originaria del condado de Holland, en Ottawa, Canadá, se declaró culpable del asesinato de su hijo adolescente de 17 años debido a que el menor “no quería cumplir 18 años”.
Debido a ello, el juez Jon Hulsing, del Tribunal del Circuito de Ottawa, ordenó que Katie Austin Lee pase prácticamente el resto de su vida en prisión.
“No será elegible para libertad condicional hasta que tenga más de 100 años”, advirtió el magistrado en audiencia pública.
En la audiencia, Lee admitió que el día del crimen suministró una sustancia psicoactiva a su hijo y luego lo apuñaló y lo degolló. Esto, para cumplir su deseo de morir antes de los 18 años.
Entre lágrimas, Katie aceptó el acuerdo de culpabilidad por asesinato en segundo grado, con lo que evitó un juicio por asesinato premeditado, cargo que implicaba cadena perpetua sin libertad condicional. Sin embargo, no se libró de una condena de 60 a 90 años de prisión.
Es importante señalar que el caso se remonta a febrero de este año, cuando Katie llamó al 911 para reportar que su hijo tenía una sobredosis, pero al ver que seguía con vida decidió “ayudarlo a dejar de respirar”.
Cuando la policía llegó a la vivienda, encontró a la mujer con un cuchillo ensangrentado. Debido a que no quería soltarlo, las autoridades tuvieron que utilizar descargas eléctricas para desarmarla y detenerla.
El obituario de Austin Pikaart, publicado en línea, lo describe como “un joven amable, paciente y generoso, con un profundo amor por ayudar a los demás”. Sus allegados recordaron que el joven soñaba con estudiar psicología, y que “tenía una sensibilidad especial hacia las personas que sufrían”.
