La británica Ghislaine Maxwell, examante y mano derecha del fallecido financiero Jeffrey Epstein, fue condenada este martes a 20 años de cárcel después de que el pasado diciembre un tribunal la declarara culpable de cinco cargos relacionados con el tráfico sexual de menores de edad, reclutadas para Epstein.

La juez Alison Nathan pronunció la condena tras escuchar el alegato de la Fiscalía, que solicitaba entre 30 y 55 años de cárcel, y de la defensa, que pedía una sentencia «apropiada» que estuviera «muy por debajo» del rango presentado por el Gobierno.

Maxwell dijo hoy en el tribunal que reconocía el dolor de las víctimas, pero no pidió perdón.

En sus únicas palabras pronunciadas durante el juicio, Maxwell expresó su «empatía» por las víctimas y aseguró que de lo que más se arrepentía en su vida era de haber conocido a Epstein, a quien calificó de manipulador y que, según ella, debería ser el que estuviera respondiendo ante las víctimas.

«Lamento el dolor que han experimentado», dijo, dirigiéndose a todas ellas y comunicando su deseo de que su encarcelamiento las ayude a cerrar una etapa.

Sin embargo, como la juez hizo notar antes de leer la sentencia, Maxwell ni pidió perdón por sus actos ni mostró arrepentimiento cuando se dirigió a la togada y a las víctimas, varias de ellas presentes en la sala y que también recordaron de viva voz los traumas psicológicos que todavía arrastran 20 años después de haber sido víctimas de Epstein y Maxwell.

«He estado lidiando con el miedo y la ansiedad continuos de que Epstein y Maxwell me harían daño (…). Frecuentemente me sorprenden los recuerdos y me despierto con sudor frío de las pesadillas. Siempre estoy vigilante, sufro cambios de humor dramáticos y evito ciertos lugares, situaciones y personas», relató Sara Ransome, una de las víctimas que tomó la palabra.

Además de Ransome hablaron más víctimas: Annie Farmer y otra identificada como «Kate».

Virginia Giuffre, que ha acusado al Príncipe Andrés de abuso sexual tras ser víctima de tráfico por Epstein, dijo a Maxwell en un mensaje leído por su representante: «Quiero dejar una cosa clara. Jeffrey Epstein es un terrible pedófilo, sin lugar a dudas; pero nunca lo hubiera conocido si no hubiera sido por ti».

Antes de pronunciar la sentencia, la magistrada, que le impuso una multa de 750.000 dólares, también quiso hacer hincapié en que en este juicio no se estaba juzgando a Epstein, como ha intentado justificar la defensa, sino a Maxwell por sus propios delitos, «por su papel» en una actividad criminal.

La defensa de la británica, que presentó cartas de sus hermanos y hermanas en favor de la acusada, defendía que la propia Maxwell había sido una víctima de Epstein y que se arrepentía de haberlo conocido.

«Es el mayor error que cometió en su vida y nunca se volverá a repetir», escribió su abogada Bobbi Sternheim en un documento remitido a la jueza antes de la vista, durante la que también describió la infancia de Maxwell como «difícil y traumática» debido a la personalidad narcisista, exigente y sobreprotectora de su padre, el difunto magnate de los medios británicos Robert Maxwell.

Los letrados sugirieron a lo largo del juicio que el proceso contra su cliente respondía al fracaso del procesamiento contra Epstein, que se suicidó en prisión en 2019.

Maxwell, de 60 años, fue condenada el 29 de diciembre por cinco de los seis cargos a los que se enfrentaba, incluido el de tráfico sexual, después de un juicio que se prolongó durante un mes y en el que los testigos declararon que ayudó a Epstein a reclutar, preparar y abusar de niñas menores de edad.

Durante el proceso, los fiscales alegaron que Maxwell elegía a chicas «menores, bonitas y vulnerables», con familias en situación difícil, siempre con un padre ausente, y las seducía con su estilo «sofisticado» hasta llevarlas, siempre sin compañía, hasta las mansiones de Epstein.

Cuatro supuestas víctimas ofrecieron su testimonio durante el proceso para narrar cómo Maxwell se había ganado su confianza y cómo las había seducido hasta caer en las garras del multimillonario, pero sobre todo para revelar las heridas que han arrastrado toda su vida.

El equipo de abogados de Maxwell también intentó sin éxito la repetición del juicio, después de que se conociera que uno de los miembros del jurado había mentido durante el proceso de selección al decir que no había sufrido abusos sexuales durante su infancia.

Tras una larga polémica, que concluyó con el interrogatorio público de dicho miembro del jurado, quien reconoció haber mentido pero no deliberadamente, la jueza que preside el juicio rechazó la petición de la defensa.