Como cada año, este 11 de abril se conmemora el Día Mundial de Parkinson, para hacer conciencia entre toda la población sobre la enfermedad que aqueja de manera frecuente a adultos mayores de todo el mundo, mismo que atiende el Centro Estatal de Atención Geriátrica Integral dependiente de la Secretaría de Salud.
La directora del Centro Estatal de Atención Geriátrica Integral, Cynthia Mustieles Rocha, describió al Parkinson como una enfermedad progresiva, cuya edad media de inicio es de 55 años de edad.
De acuerdo a diversos estudios, la enfermedad de Parkinson se reporta con mayor prevalencia en hombres que en mujeres, siendo un trastorno neurodegenerativo crónico, que afecta al Sistema Nervioso Central y que por tanto incide en la función motora.
La especialista señaló, “la enfermedad del Parkinson es una enfermedad degenerativa del Sistema Nerviosos Central que ocasiona la disminución del neurotransmisor presente en diversas áreas del cerebro y que es conocido como dopamina, lo que en general, puede ocasionar alteraciones en el control del movimiento”.
“Finalmente la edad es uno de los factores de riesgo para presentar la enfermedad de Parkinson, la edad media de aparición es a los 55 años, y obviamente esto abarca a nuestra población de adultos mayores que son los que vemos en el Cesagi”.
La incidencia del Parkinson en personas mayores de 60 años, es de 13.4 por ciento por cada cien mil habitantes, y en México la prevalencia oscila entre los 40 a 50 casos anuales.
Mustieles Rocha señaló que en el Cesagi, del total de usuarios que asciende a más de 7 mil 700, entre el 1 o 2 por ciento cursan este trastorno, que pese a ser una enfermedad no curable, si se puede controlar y reducir las molestias.
Expuso que a los pacientes dentro del Cesagi se les realiza un diagnóstico, y se les da tratamiento.
La especialista aseguró que en el CESAGI el tratamiento empleado, busca reducir la velocidad de progresión de los síntomas y los efectos secundarios de los fármacos utilizados para combatirla.
Para ello, se sigue un proceso farmacológico individualizado en cada paciente y un procedimiento no farmacológico, como la rehabilitación física y la fisioterapia que permiten mejorar la marcha, la postura y el equilibrio, además de brindar el apoyo psicológico tanto al paciente como a sus cuidadores.

Mustieles Rocha detalló que de manera general, los síntomas de la enfermedad de caracterizan por el temblor en las manos, brazos, piernas, mandíbula y cara; rigidez en brazos, piernas y tronco; lentitud en los movimientos, alteraciones en la marcha y la postura y problemas de equilibrio y coordinación.
Indicó que en los adultos mayores pudiera haber alguna variante en esta sintomatología, pues en ellos predomina más las alteraciones de la marcha y hay algunas alteraciones poco específicas, por ejemplo, que pueden ser incontinencia urinaria, estreñimiento o hipotensión arterial, que son muy inespecíficos pero que pueden ser síntomas de inicio de la enfermedad.
A medida que los síntomas del Parkinson empeoran, las personas con la enfermedad pueden tener dificultades para caminar o realizar labores simples.