Difícilmente disfrutarías una relación en la que no eres correspondido… el desamor lastima y mucho… sentir que día con día tienes que esforzarte para que tu pareja te mire, te escuche o por lo menos, no se aleje de ti, duele.

Quienes han estado en una relación de pareja en la que el amor no es recíproco saben lo que se experimenta frente a la lejanía, la indiferencia o la ausencia de compromiso.

Sentirse cotidianamente triste por lo que ocurre o por lo que no ocurre en tu relación es uno de los síntomas de un amor que no es de ida y vuelta.

Es cierto que la gente no quiere igual ni tiene que demostrar el amor como lo hace su pareja, que un hombre o una mujer puede amar profundamente a su pareja sin comportarse o hablar como su pareja lo hace, en este entendido es válido y no es justo exigirle a nadie que ame o lo demuestre de una forma que no va con su formación, sus creencias o con lo que realmente le nace o no hacer y decir.

Sin embargo, en una relación de pareja lo menos que se espera es ser y sentirse correspondido, aunque también es verdad que cuando amamos terminamos manifestándolo, con palabras y con acciones, sobre todo, con acciones.

Una vez que entendemos esto podemos encontrar como relacionarnos amorosamente sin que ninguno tenga que perderse ni se vea obligado a ser quien no es o a demostrar amor más por obligación que por decisión propia.

Hay múltiples maneras de decir te amo, y eso debe quedarnos claro para no sacrificar al amor o confundirnos con lo que NO es amor solo porque cumple el ABC de “como se debería amar”.

Pero, cuando no te aman y lo sabes, porque lo sientes, porque lo que se acuerda o lo que se dice no es congruente con lo que se actúa… porque la carencia afectiva (en gestos, palabras, hechos o acompañamiento) es lo que impera, porque lo que sucede en tu vida no es de la incumbencia de tu pareja, le da igual si estás o no, si te relacionas con otra persona, si logras tus metas o si necesitas un abrazo en un día difícil.

En relaciones en donde el desamor ya se ha pronunciado con palabras o se grita con los hechos y las omisiones, los que observan a distancia no dan crédito a permanecer en donde a todas luces NO TE QUIEREN.

No es poco común que alguien te pregunte ¿Cómo puedes querer a quien no te quiere?… ¿cuál sería la respuesta? Por lo general, en buenas condiciones de salud mental no preferirías sufrir en la pareja, de hecho, el amor es ausencia de sufrimiento permanente.

Tal vez tú mismo lo has vivido (y sufrido) y no comprendes como puedes seguir esperando que tu pareja por fin te corresponda, que regrese contigo o el porque continuas queriendo a quien ya te dijo o demostró no amarte.

¿Por qué lo quiero si no me quiere?… tal vez te sorprenda saber que en primer lugar puede ser que lo que sientes tampoco sea amor, sino dependencia, costumbre o miedo a la soledad, otro posible motivo es lo que aprendiste sobre el amor en tus primeros vínculos, en la historia con tus padres o con las personas que conviviste durante tus primeros años.

Una razón más es la definición que tienes respecto al amor y las relaciones, si estás convencido de que el amor duele entonces parecerá “normal” amar a quien no te ama, o por la creencia de que es necesario luchar e insistir y casi desgarrarse emocionalmente para que el amor surja en la otra persona.

Y no… no es saludable, ni física ni emocionalmente amar a quien no nos ama; es decir, si puedes amar a quien no te ama, entendiendo también que cada persona tiene el derecho de estar o no corresponder el amor de otro, y puedes amar por un tiempo a esa persona, soltar esa relación y procesar tu pérdida hasta que dejes de amarla.

El problema, lo que genera dolor es insistir, aferrarse, pretender obligar o aceptar cualquier cosa antes que aceptar que NO te aman.

No es asunto de otro mundo el negociar, conservar la esperanza, creer que después de un tiempo esa persona terminará por sentir por ti lo que tú sientes por ella… no es imposible, es cierto. Sin embargo, el amor es un sentimiento más espontáneo, que no involucra obligación… es una elección personal.

Si no has elegido amar no amas, aún con la persona más bella, amable o amorosa del mundo. Así que el no ser correspondido no tiene que ver contigo sino con la decisión del otro.

Lo más sano es admitir que te duele no ser amado, reconocer tu valía personal y pensar en lo que si deseas recibir en una relación, si quieres estar junto a alguien que te corresponde entonces el desamor te va a lastimar mucho.

A veces creemos amar y no siempre es así, o queremos cubrir la ausencia de amor propio con la presencia y el cariño de la pareja, y justo por esto ver amor o una esperanza donde no la hay.

Duele no ser correspondido, la ausencia de amor no se recibe con aplausos ni con sonrisas, y pese a esto, es importante considerar que a corto o largo plazo lo que duele aún más es no tener el valor de aceptarlo y saber retirarse antes de que el dolor, la frustración o la desilusión se conviertan en resentimiento, depresión o infelicidad.

Si amas (o crees amar) a quien no te ama piensa que tanto le viene bien esto a tu vida. ¿Puedes vivir bien con el desamor? ¿Hay algún auto engaño entre lo que ves, lo que escuchas y lo que hay?

Trabaja en tu amor propio y desde ahí elige en donde permanecer, de donde alejarte o de quién despedirte… no te permitas renunciar a ti ni a tu genuino y valido deseo de experimentar el amor de ida y vuelta.

El desamor puede superarse, lo básico es fortalecer primero el amor que sientes por ti, y desde ahí amar madura y saludablemente, si no es así es preferible admitir que no estamos amando sino necesitando… ¿Lo pensé o lo dije?

 

¡Un abrazo!

Twitter: @Lorepatchen

Psicoterapia y Coaching.

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