Cada vez que las instancias federales y del estado cambian una ley o se crea otra y se concreta algo para trabajar con honestidad y transparencia,  lo anuncian como si se tratara de algo novedoso o se hiciera uno de los mayores descubrimientos.

En realidad debería ser motivo de vergüenza el que se desvíen los recursos públicos para fines personales como día a día se conocen nuevos casos, los cuales deberían ser castigados con el mayor de los rigores.

A de Buena Fuente, apenas el fin de semana preguntaban vecinos de un fraccionamiento capitalino al que llegó el presidente de México Enrique Peña Nieto para la grabación de un promocional de televisión para su penúltimo informe de gobierno, que cuál sería el costo total de esa actividad

Para la cual dijeron se dio una movilización impresionante de personal de seguridad del estado, así como del Ejército, del Estado Mayor Presidencial y prácticamente todo lo que conlleva la organización de una visita de ese tipo.

Sin embargo nadie de quienes cuestionaban se atrevía en hacer al menos un cálculo de los costos que implica, ya que obviamente todos dijeron desconocer el costo de un traslado en helicóptero de las dimensiones del presidencial, el pago de al menos dos pilotos, el combustible y los servicios al interior del mismo, además del traslado de todo el personal, los alimentos y un día de actividades para muchos perdido solamente para grabar un mensaje.

Una pregunta más fue para saber si a esos niveles se tendrá conciencia del tipo de gasto que representa a la nación porque en lo que todos coincidieron fue en que los recursos que se gastan no salen de los bolsillos o sueldo del primer mandatario del país, ni todo lo que se tiene que tiene que gastar en la movilización de todas las personas que se movilizaron incluso desde un día anterior para preparar el escenario y que todo en ese caso salga sin fallas y de acuerdo a lo planeado.

Fue en esa visita de solo unas horas en las que los vecinos de dicho fraccionamiento afirmaron haber quedado con más dudas que contentos con una visita de ese tipo por primera vez en ese fraccionamiento, además de señalar que eso les despertó el interés por saber cuánto se gasta en los diferentes niveles de gobierno en los momentos en que un funcionario sale a sus recorridos para promocionar o presumir algún tipo de obra lo cual afirmaron es parte de su trabajo por lo que sería mejor que ahorraran los recursos.

Otra de las dudas que surgieron en esta visita fue respecto a las razones por las que si tanto se ha anunciado que toda acción oficial debe ser sin gastos excesivos, con transparencia y con cuentas claras, entonces por qué no se aplica desde ahora para que realmente se vea la intención de que las cosas se deben hacer en total y estricto apego a derecho.

La pregunta es también si estos elevados costos en muchos casos solamente de protagonismo pudieran tener en algún momento un costo político para quienes en estos momentos mantienen sus actividades normales de gastos a cargo  de los recursos públicos, además de que es más que necesario que se predique con el ejemplo, y no esperar que eso de la transparencia tenga un inicio oficial para poder actuar en consecuencia.