Para poder entender el tema que nos atañe es indispensable primeramente dejar en claro los conceptos que utilizaremos en el mismo, pues hablaremos de la discriminación y de las redes sociales.

Ahora bien, empezaremos por entender ¿qué es la discriminación? y de acuerdo a lo establecido en el Artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos así como en el Artículo 4º de la  Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, se dice que:

Se entenderá por discriminación toda distinción, exclusión o restricción que, basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por efecto impedir o anular el reconocimien­to o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunida­des de las personas”.

Por otro lado, las redes sociales en internet, son sitios en la web conformados por comunidades de individuos que pueden o no compartir intereses o actividades, tal como la amistad, parentesco, trabajo o hobbies, y que permiten el intercambio de información; además, no necesariamente los integrantes de éstas se tienen que conocer previamente, en la mayoría de los casos lo hacen a través de estas redes. Como es conocido por muchos de nosotros, algunos ejemplos de éstas son: Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp, entre otras.

​Una vez teniendo en cuenta estos conceptos, podemos continuar diciendo que, al interactuar con otras “personas” de manera virtual y al no hacerlo de forma presencial “cara a cara”, muchas personas aún las más tímidas, se llenan de valor, incluso de una sensación de superioridad, pues sienten que tienen el derecho de externar sus sentimientos y pensamientos con cierta arbitrariedad, sin ninguna sensibilidad y sobre todo sin temor a ser señalados de manera física, lo cual conlleva a que dicho valor, se extralimite, llegando a las ofensas, burlas, tratos inadecuados, publicación de textos o imágenes humillantes o descalificadoras hacia ciertos grupos de personas, creando con ello, un leguaje de violencia y discriminación; por otro lado, cuando éstas conductas ocurren en el ámbito social, escolar o familiar, es decir, de manera física, las personas, pueden tomar medidas más apropiadas para emprender acciones que puedan erradicar o minimizar los actos discriminatorios, tales como hacer conscientes a las personas en que están teniendo actitudes que lastiman de alguna forma a terceros o incluso hacerlos acreedores a una sanción dependiendo de la situación en la que se encuentren.

Las redes sociales dan pauta a crear personalidades “invisibles”, imaginarias y en ocasiones hasta abusivas, pues muchos optan por crear perfiles falsos, con la intención de realizar actos que bajo su personalidad no lo harían y las cuales en su mayoría no tiene fines correctos; además, es importante mencionar al tan conocido “WhatsApp” en donde a diario cientos de miles de los llamados “memes” recorren los celulares y otros dispositivos electrónicos, minimizando a un determinado grupo de personas o insultando la ideología de otros con la que no congeniamos.

Ni se diga de lo que vemos en Facebook o Twitter, redes en donde incluso, nos encontramos con cuentas o usuarios dedicados a vertir contenido o comentarios que incitan no sólo a actos de discriminación, sino a la humillación, el menosprecio, las amenazas y la violencia.

Como seres humanos, es triste decir que no acabamos de entender que vivimos en un planeta con una diversidad natural extensa, así como tenemos un número gigantesco de especies animales y de plantas, de la misma forma, los seres humanos tenemos una cantidad considerable de diversidad cultural, lingüística, religiosa, física y política, seguimos en la transición en donde nos llegue el momento de entender que todos debemos tener una igualdad de oportunidades de desarrollo, de derechos y de obligaciones, así como de respeto mutuo, somos una familia denominada “seres humanos” en la que todos necesitamos de todos, por lo cual debemos valorar y respetar esa diversidad que nos hace ricos.

No son las redes sociales, no es la tecnología, no son lo cambios que la sociedad va viviendo día a día, somos todas y todos quienes debemos de ser consientes que para evitar y terminar con la discriminación en todas sus formas y en todos los ámbitos, no tendría que ser necesario la creación de leyes regulatorias de dichas conductas, sino tendríamos que ser capaces de entender simplemente que “TODOS SOMOS IGUALES Y MERECEMOS RESPETO”. Las redes sociales, son sólo un medio más en donde se ejerce la discriminación, que como se dijo anteriormente, es aún más difícil regular que en el mundo real, la solución radica en educar desde casa a toda la familia sobre el respeto de los derechos humanos, la dignidad humana y la igualdad entre todas y todos, ese punto de partida es el más importante para evitar y erradicar la discriminación tanto en el mundo virtual como en el mundo real.

La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo, es la institución facultada en nuestro estado para conocer y atender casos de discriminación, no sólo por parte de funcionarios públicos sino también la ejercida por todas aquellas personas que no laboran para el servicio público, es decir, personas que por diversas circunstancias discriminen a otras, por ejemplo, cuando a una persona indígena se le restringe la entrada a una plaza comercial únicamente por su aspecto. La CDHEH, realiza a nivel estatal un gran esfuerzo en temas de promoción y difusión de derechos humanos enfocados a informar no sólo sobre qué es la discriminación, sino a concientizar a las y los hidalguenses sobre este tema para la erradicación del mismo.

 

Lic. Aurelio Vega Aquino

Visitador Adjunto de la CDHEH en Huejutla de Reyes