Una sociedad justa es aquella en la que todas y todos gozan de los mismos derechos y de las mismas posibilidades para acceder a ellos, sin importar la condición social, económica, política o de discapacidad; sin embargo, las personas con discapacidad son un grupo vulnerable susceptibles a sufrir violaciones en sus derechos humanos, principalmente mediante la discriminación, lo que propicia su marginación frente al resto de la población.

El 3 de diciembre de 1992 se conmemoró por primera vez el Día Internacional de las Personas con discapacidad, por lo que cada año en esa fecha se busca concientizar a la población acerca de la importancia de respetar a la dignidad de las personas con discapacidad y sobre todo para salvaguardar sus derechos humanos, de otra manera, las personas con discapacidad se encontrarán en una situación desfavorable a lado de otras personas.

De acuerdo a la Convención sobre los Derechos de las Personas con discapacidad, este grupo se incluye a aquellas personas  que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.

Ahora bien, los principios generales de la citada Convención, destacan el  respeto de la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones, y la independencia de las personas; la no discriminación; la participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad; el respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la condición humanas; la  igualdad de oportunidades; la accesibilidad; la igualdad entre el hombre y la mujer y el respeto a la evolución de las facultades de los niños y las niñas con discapacidad y de su derecho a preservar su identidad.

Si bien es cierto que el principio de igualdad se refiere a que todas y todos tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones, cierto es también que las personas con discapacidad deben ser respetadas en su dignidad y el valor como humanos; de igual manera, frente a las acciones y omisiones que busquen menoscabar los derechos de las personas con discapacidad, el resto debe tomar las medidas necesarias para defenderlos, de no ser así, se estaría tolerando que se les transgreda en sus derechos fundamentales. La peor discapacidad es no darse cuenta de que somos iguales, por lo tanto, en nuestros actos y omisiones debemos cuidar no afectar a las demás personas, incluyendo a las personas con discapacidad quienes son aún más vulnerables por las razones obvias.

Son distintas las causas por las que las personas con discapacidad se encuentran en esa situación, quizá debido al aspecto genético o en otras ocasiones derivado de algún acontecimiento o suceso que haya dejado a la persona con una disminución física, mental, intelectual o sensorial, en este segundo supuesto, cabe mencionar que todas y todos estamos expuestos a tener una discapacidad en alguna de sus formas, por ello, lograr la sensibilización de la población será una forma para brindar la consideración y respeto en la dignidad de estas personas, lo que coloquialmente es conocido como tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran.

Es importante fomentar el respeto hacia las personas que forman parte de este grupo vulnerable, entendiéndose al respeto como el mérito de todo ser humano, el respeto debe reflejarse en la forma en que se les brinda el trato –calidad y calidez-, en las expresiones verbales al hacer referencia a ellos, en darles un lugar preferente para que puedan acceder a los servicios así como en proporcionarles la ayuda necesaria que en algún momento o circunstancias así lo requieran, en esto último, es importante lograr en la medida de lo posible el consentimiento de ellos o algún familiar para que no sientan alguna afectación.

La inclusión de las personas con discapacidad no sólo debe enfocarse al ámbito público o privado, sino al aspecto social, es decir lograr que las personas se sientan identificados con el espacio en donde habitan así como con el resto de la población que lo rodea, permitiendo una convivencia y relación armónica entre todas y todos, en donde prevalecerán más y mejores oportunidades para ejercer y defender nuestros derechos y de los demás.

 

Francisco Velasco Tolentino

Visitador adjunto B en Tenango de Doria