El narcotráfico se trata generalmente como un problema que debe ser atendido por la policía y organismos especializados en la lucha contra el tráfico de drogas. Sin embargo el problema no es tan sencillo, no son sólo los cárteles de la droga los responsables de la difusión de drogas adictivas. El enemigo, como se está viendo cada vez con más claridad en Estados Unidos, involucra a las grandes empresas farmacéuticas.

En esta columna se señaló hace meses “Muerte por prescripción médica” (15/06/2017): “Según datos oficiales la prescripción de opiáceos se cuadruplicó en los Estados Unidos desde 1999 a 2014 sin que hubiera un aumento de los pacientes que padecen dolores intensos”. Pero la expedición de recetas de opiáceos que no son necesarios y crean adicción no es algo que los médicos decidan libremente. Las empresas farmacéuticas que producen, distribuyen y venden estos medicamentos obteniendo ganancias fabulosas están ahora en la mira.

En Enero del año pasado la pequeña ciudad de Everett (100 mil habitantes), en el Estado de Washington, demandó  a la empresa Purdue Pharma, por permitir que su medicamente OxyContin, un derivado del opio, fuera canalizado a través del mercado negro causando una crisis por consumo de opiáceos en Everett. Se acusa a la empresa de “hacer la vista gorda” al tráfico ilegal de su medicamento para obtener enormes ganancias.

Otras demandas y denuncias han seguido. Una de las denuncias más fuertes ha provenido de la senadora Claire McCaskill que desarrolla una amplia investigación sobre el tema. En su último informe señala que aproximadamente ¡183,000 estadounidenses han muerto en los últimos veinte años  por sobredosis de opiáceos de prescripción! Empresas como Purdue Pharma han gastado 4.7 millones de dólares en grupos que fomentan el uso de estos medicamentos.

La senadora McCaskill señala como actúa la empresa Insys, fabricante del fentanilo, un opiáceo causante de numerosas muertes por sobredosis: «Existe una amplia evidencia de que Insys presionó agresivamente a sus empleados y a todo el sistema médico para aumentar el uso de un producto de fentanilo durante una epidemia nacional que estaba cobrando la vida de decenas de miles de estadounidenses al año para ganar más dinero, es difícil imaginar algo más despreciable«.

Lamentablemente este tema no es nuevo. La farmacéutica Bayer creó e introdujo al mercado a la heroína, fomentó su venta y afirmó que “no creaba adicción”. Cuando consideremos el tema de la drogadicción no sólo hay que responsabilizar  a los narcotraficantes, sino también a grandes empresas farmacéuticas.

 

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