Más que las advertencias de la Caasim, de fuertes multas a quien se sorprendiera desperdiciando agua este Sábado de Gloria, fue la baja temperatura que se sintió por la mañana en Pachuca, de entre 4 y 6 grados centígrados, además de una intensa lluvia, lo que desalentó a las familias a festejar el día bañándose a cubetadas.

Un cambio brusco de temperatura que inició la tarde del viernes, y que viró los termómetros de 27 grados centígrados a las 14:00 horas –para comenzar una tarde con gruesos y oscuros nubarrones-, a 5 grados a las 21:00 horas, y continuar la mañana de este sábado, que registró una temperatura de 6 grados a las 8:00 horas, además de una intensa lluvia que inició a las 7:00 horas, prolongándose por espacio de una hora.

Las familias, especialmente en donde el padre, la madre o ambos laboran fuera del hogar, rescataron de los armarios las chamarras, suéteres, bufandas, además del paraguas, para poder salir a la calle en plena lluvia.

Incluso se desalentó la salida, sin necesidad apremiante, de quienes acostumbran los sábados salir a comprar tamales, a almorzar barbacoa o a salir a comprar los ingredientes para un “taco placero” y un almuerzo tardío.

Continuó la llegada del turismo

Llamó la atención que pese al clima frío y lluvioso, por el bulevar Nuevo Hidalgo continuaba el tránsito de vehículos con placas foráneas con destino a la Carretera de la Montaña y a los Pueblos Mágicos en esa zona.

De igual manera, se observó, continuó el tránsito vehicular por la carretera Pachuca-Ixmiquilpan, por aquellos a los que la lluvia y el frío no desalentó para acudir a los balnearios y parques acuáticos con aguas termales en el Valle del Mezquital.

La lluvia mañanera sirvió también para hacer correr las aguas negras que recolecta el Río de las Avenidas, y con ello, aminorar la fetidez que se desprende en este viaducto, tan transitado.

Mientras tanto, el tránsito en las calles, en las colonias del sur de Pachuca, se alentó, debido a que las mismas lucieron encharcadas durante la mañana, mientras que los baches, anegados, resultaban un desafío para los conductores.

Incluso sitios como el estacionamiento de la Plaza de Toros y el estacionamiento de la Feria de San Francisco, en donde es montado un gigantesco tianguis de autos usados, lucieron poco concurridos.