La Asociación Atrea Autismo realizó la cuarta edición de su caminata, denominada “Caminando juntos por el Autismo”, que inició como una charla informativa y de reflexión acerca del autismo, en donde se llamó a no ver el autismo como una tragedia, ya que en torno a los niños con Asperger hay muchas historias tiernas y divertidas con su forma de ver el mundo, y se invitó a enseñar a la sociedad sobre el autismo, para lograr la integración de estos pequeños.

Posteriormente, los organizadores dieron inicio a la caminata, que partió del estadio Revolución Mexicana, para cursar por avenida Revolución hasta el monumento a los héroes revolucionarios, y de regreso, en una caminata que se visitó de azul con globos, mantas y camisetas de ese color

Durante la charla, la psicóloga Ximena Rodríguez Ávila habló del espectro autista, con los grados de funcionalidad de los pequeños y reconoció que como papás da miedo conocer el diagnostico, porque no saben qué va a pasar, pues de inicio preguntan si va a hablar y si va a tener una vida normal.

Rodríguez explicó que para descubrir a los niños con Asperger ellos tienen movimientos particulares, además de que los papás al empezar a detectarlos tienen en principio la sospecha de que no escuchan porque no les responden ni siguen instrucciones ni tampoco ponen atención, aunque el resto del desarrollo psicomotor como hablar, caminar e incluso llegar a desarrollar lenguaje verbal, durante el primer año sea normal.

Sin embargo, un indicador de autismo es que los niños empiecen a verbalizar algunas palabras y de repente dejen de hacerlo, como una forma regresiva, dejan de hablar palabras que ya decían cuando ocurre alguna situación significativa y dejan de tener ese desarrollo y sucede una regresión.

Expuso que en los pequeños con Asperger están afectadas las áreas de la comunicación y el lenguaje, y aunque los niños más grandes logran desarrollar la estructura del lenguaje esperable, en ellos el pensamiento funciona de forma literal.

Lo ejemplificó con una anécdota chusca, al decir que a uno de estos niños le pidió que le diera su teléfono para poder contactarlo, a lo que éste repuso, “yo te respeto mucho, pero no te voy a dar mi teléfono te voy a dar mi número”.

Además dijo que se piensa que estos niños están alejados, que están en su mundo, pero tienen señales muy claras de que no está en su mundo, pues sienten y entienden que les afecta, quien los acepta, quien no lo hace, “aparentemente no hablan, pero si yo no tengo esa reciprocidad con ese pequeño, se va a alterar”.

Otras de las áreas que tiene afectación es en la imaginación, que en estos pequeños se expresa en comportamientos atípicos, principalmente en los intereses restringidos, repetitivos, estereotipias, que se observan en girar, caminar en puntas, no tolerar sonidos fuertes y el bullicio.

Por su parte, Eduardo Díaz Tenopala, presidente de la Fundación Mexicana de Autismo, destacó la importancia de estos movimientos, porque hacen saber a la gente acerca del autismo.

Afuera hay una sociedad que no tiene un hijo, no trabaja con un familiar con autismo, ¡esa gente tiene la obligación de saber de autismo? No, porque no està cerca de ellos. Nuestra obligación es darlo a conocer, lo que tenemos que hacer con la sociedad es enseñarlos a que pregunten”.

Así que si ven a un  niño en un parque o en un lugar con este síndrome, los instó a que pregunten sin miedo qué le pasa, ni que los familiares se ofendan por esta pregunta, ya que es una oportunidad de darles información y saberles explicar.

Díaz llamó a no lamentar tener un familiar con este síndrome, pues aunque de pronto es difícil, no hay que verlo como una tragedia el tener un niño con Asperger, pues hay muchas historias alrededor de ellos que son para reír, y no verle solo el lado negativo o triste, pues los recursos que actualmente existen, favorecen la inclusión de las personas con Asperger.

Por último, Janeth Rangel, presidenta de la Asociación Atrea Autismo, reconoció que hace 15 años vio su caso como una tragedia al saber del autismo de su hija, “pero no, fue la oportunidad de ver a un ser humano el guerrear todos los días y salir adelante, pero a pesar de los grandes problemas de comunicación y lenguaje, ha demostrado que es capaz, que tiene grandes habilidades y me dio la oportunidad de ver al ser humano que es mi hija”.

Llamó a darle la oportunidad a ese niño, joven o adulto con Asperger a ser integrado y que tenga una calidad de vida, pues depende del trabajo de los familiares ser la voz de sus hijos para lograr su integración social.