Una auténtica equidad de género, que se refleje en salarios, capacitación laboral y empresarial, en financiamiento, que rompa paradigmas de dependencia femenina, reclama y espera la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (Ammje) Hidalgo, de quienes hoy compiten por escaños legislativos, estatales y federales, y la presidencia de la república.

Las mujeres siguen estando en condiciones desventajosas ante los hombres, principalmente en el ámbito rural, en donde la mujer se esfuerza, produce, gana reconocimientos, “y los maridos les quitan el dinero y no las dejan recoger sus premios”, aseguró la presidenta de la asociación, Lorena García Cázares.

La representante de ochenta empresarias y líderes comunitarias, algunas de las cuales representan a cientos de mujeres en sus comunidades, habló del trabajo que realiza la Ammje Hidalgo con mujeres “auténticas empresarias”, que lo mismo producen artesanías, alimentos procesados, o emprenden micro empresas “muy exitosamente”.

El afán de superación de muchas de estas mujeres las ha llevado de simples bordadoras o elaboradoras de artesanías gastronómicas, a empresarias que hoy exportan. Ello, no obstante a que muchas se enfrentan todavía a un mundo inequitativo para ellas.

Necesitamos más capacitación, más apoyos en todos los sentidos, pero sobre todo, romper barreras culturales que frenan el desarrollo de las mujeres”, aseguró la empresaria.

Hizo notar que lamentablemente el hombre no suele estar preparado para el éxito de las mujeres, “y son muchos los casos en los que les quitan el dinero, les impiden asistir a las capacitaciones, o en algunos casos, lejos de compartir sus éxitos, les impiden acudir a recibir sus reconocimientos”, aseguró.

Lo anterior, no obstante que “lo que gana la mujer normalmente se destina al bienestar de las familias, de sus comunidades”.

Por ello, consideró necesario incidir en un cambio de cultura en este sentido, en impulsar una auténtica equidad de género y que el desarrollo de las mujeres deje de ser tema político y pase a ser una realidad. “No queremos discursos, queremos hechos”.

Paulatinamente las oportunidades han ido creciendo para las mujeres, aceptó; “ya accedemos a financiamiento bancario, a programas oficiales, porque hemos demostrado ser sumamente cumplidas al momento de pagar, ser muy responsables”.

Consideró finalmente que la equidad de género debe reflejarse en todos los campos: laboral, empresarial, de salud, etcétera, para facilitar ese esfuerzo cotidiano de las mujeres por “salir adelante, y con ellas, la familia”.