Me dejas… y te quito a tus hijos”. Esta amenaza tan trillada que se da entre parejas al calor de las disputas, tanto por el padre como por la madre, dejará de tener validez. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sentó precedente al dar la custodia de su hija a un padre, después de la que madre se negó sistemáticamente a permitir la convivencia entre ambos.

La Primera Sala de la SCJN resolvió que cuando uno de los padres impida sistemáticamente que sus hijos convivan con el otro progenitor, se justifica modificar la guarda y custodia del o los hijos para que se logre esa convivencia.

La resolución judicial tuvo lugar después de que tras el divorcio de una pareja, las autoridades familiares determinaran entregar la custodia de la hija a la madre, y esta intentara por diversos medios impedir la convivencia entre padre e hija.

Tras analizar que no existían razones que pudieran representar un daño para la niña esta convivencia, la Primera Sala determinó el cambio de custodia, advirtiendo del impacto negativo que podría tener en la menor la ausencia de su progenitor.

Información difundida en medios de información impresos de la Ciudad de México, precisa además que el cambio de custodia deberá hacerse de manera gradual, y una vez en custodia del padre, tendrá la madre derecho también a períodos de convivencia con la menor, que ahora deberán ser respetados por el padre.

La custodia de los hijos queda a cargo de la madre al producirse un divorcio o separación de una pareja.

De acuerdo a la firma AidéAbogados, son siete las causas por las que una madre puede perder la custodia de sus hijos, ya sea que ésta se asigne al padre, a otros familiares o a una institución.

Estas causas son: 1) abusar o mantener conductas violentas con los hijos, o abuso infantil tanto físico como emocional; 2) abandonar o descuidar la atención necesaria a los hijos de manera repetida, en renglones como la higiene, la alimentación, la atención médica o la seguridad, además de falta de escolarización o falta repetidas a clases; 3) cuando se lleva una vida desorganizada que afecte la salud mental o física del o los menores, al provocarles un desequilibrio emocional; 4) por ingresar en prisión, y entonces la custodia puede ser desplazada al otro progenitor;  5) cuando se tienen adicciones importantes que perturben el comportamiento materno, como el consumo habitual de drogas o alcohol. En estos casos la custodia pueden obtenerla el padre o los abuelos.

6) También por viajar mucho o cambiar de ciudad, alterando en exceso la vida de los hijos, pudiendo entonces el otro padre pedir la custodia si demuestra que su vida es más estable, o por último, 7) utilizar a los hijos en contra del otro progenitor y destruir los vínculos del hijo con el padre. En este caso los tribunales pueden retirarle la custodia al padre o la madre por intentar privar al hijo de las relaciones con su otro progenitor.