No es raro suponer cuál será la opinión de una mujer cuando su amiga le comenta que está sufriendo por los desplantes o la indiferencia de su pareja, sin embargo, no solo las mujeres opinan que estos hombres que maltratan son patanes, los hombres nos dicen lo mismo: “no se porque a todas mis amigas les toca enamorarse de patanes”, “la culpa es de ustedes porque en lugar de fijarse en hombres amables y honestos prefieren hacerle caso al hombre que las deslumbra y que después se comporta pésimo con ustedes”… ¿Será cierto? ¿Nos atraen los patanes?

Vamos a empezar por definir qué entendemos cuando nos referimos a un hombre como un patán; el diccionario dice que son personas con poca educación, sin modales y con un trato tosco, sin embargo, en lo cotidiano, no siempre es así, lo que entendemos por un patán es un hombre que agrede a su pareja y no le interesa lastimarla, que es deshonesto, que actúa con alevosía, que no tiene la menor empatía ante el dolor o las emociones de su pareja o expareja… que abusa de alguna manera del poder que tiene en la relación, ya sea; emocional, económico, laboral, etc.

Regularmente no elegirías enamorarte de un hombre con estas características, una joven me dijo: “uno no se enamora a cachetadas”, refiriéndose a que, generalmente, al principio de una relación las manifestaciones de maltrato son casi imperceptibles, obvio, y hay que admitirlo, casi siempre hay focos rojos que nos alertan de posibles situaciones que pueden terminar siendo dolorosas o peligrosas, lo que pasa es que estamos tan arraigadas a ciertas ideas sobre cómo deben ser las relaciones, a los roles de hombres y mujeres en pareja, a creencias sobre el amor que erróneamente sugieren que este se sufre, a considerar que necesitamos estar en pareja para sentir que somos más valiosas aún cuando las relaciones con hombres que lastiman a su pareja son relaciones en las que la soledad levanta la voz todos los días.

En general no, nos gustan los patanes, si nos gustaran no sufriríamos ante sus conductas o por sus omisiones… si esa conducta nos agradara no nos quejaríamos o lamentaríamos tanto que ocurrieran, más bien, dicen que nos atraen porque nos involucramos con cierto patrón de conductas que terminan siendo muy poco saludables, porque es cierto, a veces ni siquiera miramos a los hombres que se comportan distinto, que son verdaderamente nobles y que desean comprometerse y ofrecer una relación estable y seria.

Obviamente casi todas las mujeres a las que nos pregunten si nos gustan los patanes vamos a responder con un NO rotundo, aunque sabemos que gran parte de nosotras hemos tropezado y hasta nos hemos enamorado de un patán.

La cuestión no es señalar sino aprender, si ya sufrimos por una relación tóxica, si ya nos dimos cuenta de que terminamos repitiendo patrones en una y otra relación, que elegimos el mismo tipo de personas con las que justamente no se da una dinámica exitosa, entonces es tiempo de reconocer lo que sucede, no se trata de sentirte culpable, ni de creer que te mereces ser maltratada porque elegiste mal, lo que importa es que tú aprendas a tratarte tan bien que desarrolles la capacidad de elegir a una pareja más adecuada para ti. El amor propio nos permite establecer límites saludables y saber alejarnos ante cualquier indicio de violencia.

Es importante romper con los esquemas que nos llevan a fijarnos en parejas que nos recuerden las heridas de la infancia, en las relaciones de pareja es común intentar inconscientemente reparar lo que nos lastimo cuando éramos niños o niñas, y por eso, abrir los brazos ante las personas que nos recuerden a ese padre que nos abandono, o a esa madre que nos ignoro, pero, cuando tomamos consciencia de que somos adultas y que podemos amarnos y respetarnos sin importar cómo hayamos sido tratadas en nuestra familia de origen, entonces se incrementan las posibilidades de advertir las cualidades de parejas que no van a lastimarnos.

En el fondo casi todas nuestras elecciones tienen que ver y son proporcionales a la cantidad de amor que sentimos por nosotras mismas.

Cuando el amor propio está lastimado es mejor admitirlo, y esforzarnos en alejarnos de personas y situaciones que pueden ir deteriorando más el auto concepto, por más complicado que parezca para amar a otra persona hay que amarse primero a una misma.

Si tu pareja te lastima, si te ignora, si tienes que sacrificarte para que tu relación funcione es preferible reconocer que es probable que estés viviendo un amor imaginario, si hay violencia no es amor.

No creo que te gusten los patanes, que encuentres satisfacción en una relación en la que no hay reciprocidad, ni que sea placentero sentirte o saberte engañada, es muy probable que no te hayas dado cuenta de que si el amor se sufre no es amor, que mereces la compañía de un hombre que se respete tanto a sí mismo que no necesite violentar a la mujer que está a su lado… ¿Lo pensé o lo dije?

¡Un abrazo!

 

 

Twitter: @Lorepatchen

Conferencista.

Entre Géneros, jueves 8 PM, red estatal de Hidalgo Radio.