A un mes y escasos días de celebrarse los comicios más esperados de los últimos años, los partidos y actores políticos, se preparan para  entrar en la recta final que es el último mes de actividades de campaña, aunque en este caso ya son menos de 30 días de actividades de proselitismo, en los que realmente deberán de convencer al electorado de que verdaderamente tendrán que demostrar que son la verdadera opción de cambio más no la única como sucede en algunos casos.

La realidad, es que en este último mes de recorridos, presentar propuestas, escuchar a la gente y publicitarse en el mayor número de medios posible, los aspirantes a presidente de México, senadores, diputados federales y locales, saben que no tienen una tarea fácil dadas las circunstancias de que en la gran mayoría de los casos los aspirantes nada tienen que hacer, algunos porque las preferencias no los favorecen y muchos más porque saben que están de “relleno”, porque sus partidos solamente buscaron cumplir con el requisito de postular para no perder las prerrogativas.

Y eso según comentarios que comenzaron como rumores y que cada día son más fuertes es que muchos de los aspirantes no hacen campañas, algunos de ellos confiados en el efecto positivo o negativo que van a tener de sus candidatos a presidentes de la República, lo cual ha propiciado que los menos hagan como que hacen campañas y los demás ante las condiciones que tienen desde sus partidos parece que han decidido dejar a un lado esa actividad al darse cuenta que nada pueden hacer siquiera para aportar votos a su causa.

Sin embargo, todos se dicen más que activos, con recorridos hasta por los lugares menos imaginados y escuchando a la ciudadanía entre la que la realidad es otra porque hay casos en los que se conoce al candidato a presidente y eso por la situación que enfrenta de rechazo o aceptación, así como de aquellos que han tenido la oportunidad de promocionarse porque saben que tienen esperanzas de triunfo, aunque sí por ellos fuera mejor dejaban de salir por tanto tiempo.

Según como se vea, lo malo o lo bueno de todo esto, es que solamente queda un mes de unos tiempos políticos que  parecían ser muy largos y que al final las propias circunstancias y tendencias han demostrado que todo parecía estar definido desde hace mucho tiempo y que aquellos que hasta el momento aseguran que van a lograr el triunfo, solamente lo hacen por dignidad más no por aquellas posibilidades que tengan de ganar el cargo desde las urnas.

Lo que realmente hacen según las voces de muchos politólogos, es mantener su postura de arrogancia para que al final de pueda rescatar algo y no quedar en el peor de los ridículos cómo es posible que pueda suceder de acuerdo a las expectativas de triunfo que tienen algunos de los actores que afirman que ya tienen todo ganado y de los que dicen que aún pueden pero que en realidad saben que ni con trampas o un milagro tienen posibilidades.

Pero como en política no se sabe lo que pueda suceder ni lo que algunos son capaces de hacer, no queda de otra más que esperar en estas últimas semanas de campaña en que todos los partidos y algunos de sus candidatos (obviamente los que tienen posibilidades) le van a poner todo el empeño para sacar el triunfo o por lo menos para tener una salida decorosa  que les permita por lo menos mantenerse en el panorama político o bien que cambien de nombre y de mañas para que en un futuro que se ve lejano puedan regresar a ser lo que fueron, pero por la manera en que se ve el panorama en general, parece que les va a costar mucho trabajo.