Con alzas hasta de casi 30% en materiales para la construcción en lo que va del año, la industria desarrolladora de la vivienda se ha visto hasta ahora obligada a absorber incrementos de entre 12 y 14% en el precio de las viviendas, para poder cumplir con las metas oficiales.

Sin embargo, se calcula que la liga se romperá a principios del año próximo, cuando tengan que reflejarse las alzas en el precio de las casas, calculó el nuevo presidente de la Cámara Nacional de la Industria Desarrolladora de Vivienda en el estado, Guillermo Juárez González.

Los edificadores de vivienda han tenido que absorber hasta ahora las alzas de precio de productos nacionales e importados como el acero, el cemento, la misma tierra, para no desalentar aún más  el mercado del crédito hipotecario.

La industria de la vivienda, como la industria de la construcción y la manufacturera, se ha visto afectada por la desaceleración de la economía que ha vivido el país en los últimos 18 meses, a causa de fenómenos nacionales como el presente proceso electoral y la incertidumbre que genera, e internacionales como la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la depreciación del peso frente al dólar.

Tan sólo en el acero y productos derivados hemos tenido alzas de un 28%, tan sólo en lo que va del año”, aseguró Juárez González, para subrayar que sin embargo a los fuertes y constantes incrementos, y mediante variadas economías, las empresas no han elevado los precios de las viviendas, “sobre todo la vivienda de interés sociales, financiadas por hipotecarias sociales como Infonavit y Fovissste”.

Una medida “muy responsable” que tienen que tomar también por cuestiones de mercado. “Cuando se libere el precio de la vivienda o el trabajador tenga una mejor capacidad de compra, podrá comprar una vivienda más cara”.

El empresario consideró que gracias al esfuerzo de los desarrolladores “vamos cumpliendo las metas” en colocación de vivienda financiada por el Infonavit y Fovssste. “Sin embargo, cada día nos cuesta más trabajo”, añadió, para asegurar que al día de hoy se avanza ligeramente debajo de las metas trazadas para el año por  ambos institutos.

“Lo que puedo decir es que si se tenía una meta de 10 para este año, andamos en un 9.8”. Sin embargo “se tiene la sensación de que nos vamos quedando abajo”.

Los trabajadores sí están comprando viviendas, “pero podemos decir que la  gente está tomando aire y analizando profundamente cómo va a comprar, qué va a comprar, sobre todo por el entorno económico que estamos viviendo”.

Hizo notar, no obstante, que la compra de una vivienda es de un bien duradero, y que “quien hoy compra una vivienda está asegurando su futuro”.

Calculó que será a principios del año próximo cuando los desarrolladores comiencen a reflejar estos incrementos de precio en insumos en el precio de las viviendas,