La discriminación es un fenómeno de larga data y que por desgracia se ha presentado a lo largo de toda la historia de la humanidad, desde sus más remotas épocas y que lamentablemente todavía subsiste actualmente en nuestros días.

La discriminación vulnera la dignidad, los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas. Ésta se genera en los usos y las prácticas sociales entre las personas y con las autoridades, en ocasiones de manera no consciente. Por ello, es importante conocer a qué se refiere para evitar discriminar y saber a dónde recurrir en caso de ser discriminado.

Según la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (LFPED), se entiende por discriminación: toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades.

Por eso es importante compartirles que la CDHEH dentro de sus ámbitos de competencia, puede conocer no nada más de actos de discriminación por parte de funcionarios públicos ya sea estatales o municipales, también puede iniciar una queja cuando esos actos de discriminación son realizados por particulares.

Y para darnos una idea de la situación de discriminación en nuestro país  me gustaría compartirles algunos datos que arrojo la reciente Encuesta Nacional de Discriminación (ENADIS) dicho documento tiene como objetivo reconocer la magnitud de la discriminación y sus diversas manifestaciones en la vida cotidiana, profundizando en el conocimiento sobre quién o quiénes discriminan, en qué ámbitos de la vida se presenta este problema con mayor frecuencia y los factores socioculturales que se le relacionan.

Esta encuesta se realizó en coordinación con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) y en sociedad con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).

Por otro lado, recoge las actitudes, prejuicios y opiniones de la población mayor de edad en México y más hacia distintos grupos de la población que son discriminados por motivos: étnicos, de discapacidad, creencias religiosas, edad, sexo, tono de piel, orientación sexual, entre otros. Asimismo, capta las experiencias de discriminación en el último año, debido a las características físicas o sociales de las personas, así como la negación de sus derechos en los últimos cinco años.

Además, permite conocer los aspectos de discriminación y desigualdad social que enfrentan actualmente las personas: indígenas, con discapacidad, con diversidad religiosa, niñas y niños, adultas mayores, adolescentes y jóvenes, mujeres, y trabajadoras del hogar remuneradas, a partir del reconocimiento que tienen sobre el respeto a sus derechos, sus principales problemáticas como grupo, y la manera en que se reconocen frente al resto de la población.

El 20.2% de la población declaró haber sido discriminada en el último año por alguna característica o condición personal, tono de piel, manera de hablar, peso o estatura, forma de vestir o arreglo personal, clase social, lugar donde vive, creencias religiosas, sexo, edad y orientación sexual.

Los motivos que destacan son principalmente forma de vestir o arreglo personal, peso o estatura, creencias religiosas y la edad.

Este comportamiento se presenta en proporciones similares: 20.1% mujeres y 20.2% hombres. El estado de Guerrero registra una mayor prevalencia de discriminación hacia los hombres (26.8%) respecto de las mujeres (23.5%). En la Ciudad de México los varones declararon menor discriminación (20.6%) respecto de las mujeres (26.4 por ciento).

En Hidalgo el 17.8 % de los encuestados declaró haber sido discriminada por algún motivo o condición personal en el último año, el 60.1 % está de acuerdo en que la mayoría de las y los jóvenes son irresponsables, lo que nos da la pauta para comentar que algunos de los factores que incrementan el riesgo de sufrir discriminación son los prejuicios y estereotipos.

Donde tendríamos que distinguir uno de otro, entendiendo por un prejuicio una actitud, generalmente de rechazo, hacia los miembros de un grupo. Es una reacción injustificada ante una persona originada por la pertenencia de ésta a un grupo social concreto. Los prejuicios son los sentimientos y emociones positivas o negativas que se tienen sobre un grupo social y sus miembros en cambio el estereotipo es aquel consenso de opinión respecto a las características (rasgos, conductas, etc.) atribuidas a un grupo. Es decir, los estereotipos son creencias o ideas organizadas sobre las características asociadas a diferentes grupos sociales.

 

Lic. Victor Manuel Austria Mercado

Secretario Ejecutivo de la CDHEH