A perder el miedo al cambio, a dejar las zonas de confort y aprovechar la creatividad de los jóvenes para innovar, convocó el especialista japonés Jinichi Ikeda a los mexicanos, ante un nutrido grupo de empresarios e invitados, al celebrarse este miércoles el 23 aniversario del Consejo Coordinador Empresarial de Hidalgo (CCEH).

Amo a México, le admiro mucho, como es admirado y querido en el extranjero”, aseguró el economista nipón, quien llegó a nuestro país a principios de 2017, enviado por Japan International Cooperation Agency (Jica), la agencia internacional de cooperación japonesa creada por el país asiático para responder, con ayuda, a la ayuda internacional que recibió en 1946, cuando esta nación se encontraba devastada por la Segunda Guerra Mundial.

Para el invitado por el CCEH, México tiene todo para ser una gran potencia mundial; se requiere para serlo, para comenzar, elevar la autoestima y apreciar y valorar la riqueza que se posee en territorio, naturaleza, costas, clima… y sobre todo, su gente, tan creativa.

El senior japonés de Jica ofreció aquí la conferencia Innovation Business, en la que desterró la generalizada idea de que la innovación se restringe al campo tecnológico.

La innovación, subrayó ante empresarios, catedráticos y universitarios, se da también en ideas, sistemas de producción, de diseño y comercialización, “y debe ser el reto constante para las empresas que aspiran a crecer y permanecer mucho tiempo en el mercado”.

Ejemplificó su afirmación con los casos de empresas como Xerox, cuyas primeras impresoras eran grandes, costosas y hasta flamables y parecían destinadas a desaparecer; la idea de dejar de venderlas por rentarlas y cobrar por el número de impresiones, además de disminuir su tamaño y hacerlas más seguras, las llevó a ser líderes en el mercado mundial por más de 30 años.

O la empresa Toyota con su modelo de superlujo Lexus, al nivel de Mercedes Benz o Cadilac, que encontró una férrea competencia en el mercado, redujo el lujo y lo hizo un auto más accesible, para la clase media alta, con gran aceptación.

Habló también de Ikea, esta fábrica de muebles líder mundial, de origen sueco, que comenzó su producción con una línea superexclusiva, de gran lujo y diseño, pero que ha logrado instalar 371 tiendas en el mundo gracias a la línea económica, con muebles “ármelo usted mismo”, fáciles de transportar en el auto familiar, que ocupan poco espacio y responden a las necesidades de familias pequeñas que habitan en espacios pequeños.

O cuando saliera al mercado la fibra de carbón, un 75 por ciento más ligera y cinco veces más resistente que el acero, además de flexible, pero 300 por ciento más caro que éste; condenada al olvido, esta fibra comenzó a ser utilizada en artículos de lujo para bolsillos abultados, como enseres para la pesca, raquetas de tenis, palos de golf y, en los últimos años, se le usa en la fabricación de aviones y autos de superlujo.

No hay que temer a innovar, a arriesgarnos, podemos hacerlo y convertirnos en líderes de mercados; en México se tiene la materia prima: los cerebros de jóvenes creativos, hay que impulsarles a plasmar sus ideas y alcanzar sus sueños”, dijo “Pepe” Ikeda a quienes le agradecieron con nutridos aplausos.

 

“Sin miedo, atrévanse a intentarlo”: Luz Elena González

Invitada por el CCEH en su 23 aniversario, estuvo también este miércoles, en el auditorio de la Plaza Qúbika, la actriz y empresaria Luz María González, quien ofreció la charla “Emprender y Empoderar”.

La actriz, conductora, dueña de franquicias de farmacias, de un taller de joyería de fantasía, una agencia de publicidad y una empresa de eventos y banquetes, señaló que el secreto está “en hacer lo que nos  gusta, lo que disfrutamos, sin temor al fracaso, comenzando con poquito pero trabajando cada día por más”.

En una charla que no duró más allá de 25 minutos, la actriz relató que es una mujer “como cualquiera, con hijos, con un marido que me jala” y con período de meses sin trabajo, al finalizar una telenovela.

Primero fue un empresario de una cadena de farmacias, con el que trabajo en una campaña de publicidad, la que la “tentó” a invertir en una farmacia. “Y nos involucramos todos: mi madre, mi marido y hasta mis hijos”. Hoy suman varias farmacias.

Amante de las manualidades, y de la joyería de fantasía, conoció una empresa que vendía las piedritas, cadenas, resortes y demás bisutería y comenzó en casa, ayudada incluso por sus empleadas domésticas, a producir una joyería que hoy se comercializa con la marca “Luz Elena”, y que hoy genera empleos.

Comenzó además a ser requerida para aportar ideas en materia de publicidad y hoy cuenta con una agencia; era consultada por infinidad de amigas –y por sus maridos-, al preparar eventos y banquetes, y decidió dar valor agregado a sus ideas.

Las mexicanas somos creativas, luchonas, trabajadoras a morir, pero miedosas; debemos terminar con ese miedo, comenzar con poco pero con grandes ambiciones ¡y triunfar!”, dijo la actriz a un auditorio compuesto por muchas mujeres.