El fenómeno migratorio es particularidad del ser humano, práctica que se remonta desde su etapa de homo sapiens, este ser prehistórico la ejerció en la búsqueda de alimento para subsistir, también para buscar mejores condiciones climatológicas, asimismo para combinar su estancia de acuerdo a los cambios estacionales, cuando las lluvias favorecían para existencia de otros animales y vegetales que sirvieron de alimento.

Siglos después el hombre primitivo cambio su forma de ser errante cuando descubrió la forma de domesticar animales, cultivar plantas, la obtención de semillas y se volvió sedentario, acto que se afianzó cuando se apropió de una porción de tierra y entonces aparece la propiedad privada. Aún así, el hombre ha tenido la inquietud, o el gusto de conocer otros lugares y se han quedado a vivir lejos de su familia.

El acto de separarse de su lugar de nacimiento hacia otra zona diferente se le conoce por emigración, experiencia que le sirve intercambiar saberes, para mejorar su alimentación, mantener su reproducción biológica. Del mismo modo salen de su lugar mentes emprendedoras, científicos dirigen su mirada hacía otras latitudes, donde les dan cabida sus inquietudes y les dan la oportunidad desarrollar sus ideas, para que sean prepositivos e innovadores, condiciones negadas en sus países de origen.

En la riqueza del idioma español emigración tiene varios sinónimos, gracias las lenguas de otras culturas en que nutre el vocabulario, entre estos el griego, latín y el árabe. Entre estos sinónimos de emigración están: éxodo, exilio, destierro, expatriación, despoblación, colonización entre otros.  Éxodo proviene del griego, retomado el latín “exŏdus” traducido es salida de un lugar a otro. De tal manera que emigración y éxodo se empleará en esta entrega en forma indistinta, aunque éxodo salida de muchedumbre o de un pueblo completo.

El hecho que registra la biblia cuando Moisés en calidad de líder espiritual saca al pueblo hebreo del esclavismo sometido por los egipcios, pasaje histórico registrado en el Libro segundo del Antiguo testamento con el título de éxodo: “Bien he visto la aflicción de mi pueblo que esta en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus opresores, pues he conocido sus angustias. Por eso he descendido para librarlos de manos de los egipcios y sacarlos de aquella tierra buena y ancha, a una tierra que fluye leche y miel”. Esta fue la peculiaridad de la Tierra Prometida.

La emigración contemporánea de un sector de la población de un país a otro se debe a las causas siguientes, razones económicas falta de empleo, oportunidad de progreso, persecuciones políticas, acosos religiosos, acorralamientos por inseguridad, molestias por guerras, gobernantes dictatoriales y falta de educación.

Cada país tiene sus causas distintivas, en caso de Honduras desde el parecer de Vladimir López Recinos en su ensayo Punto de quiebre de la migración hondureña hacia Estados Unidos, publicado en la Red Internacional de Migración y Desarrollo. López Recinos es sobresaliente investigador y docente del Centro de Investigaciones en Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Unidad Noroeste, México. Institución de vanguardia en estudios sociales

El estudio inicia desde la Hondura independiente del dominio español, a partir de entonces abrió sus puertas a través de leyes en favor de inmigrantes con el fin “buscar crecimiento económico y desarrollo”. Solo el primer cuarto del siglo pasado se dio una pequeña corriente de emigración hacia Estados Unidos y continuó con la costumbre por varias décadas de recibir corrientes migratorias de países vecinas, Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Poblaciones que rehuían de la zozobra que ocasiona los conflictos armados por la búsqueda del poder político o bien por la preservación de del dominio económico de un sector social. Esta bondad fue durante la década de los ochenta del siglo pasado, de ser país: “De receptor de inmigrantes y refugiados pasó a ser en país de emigrantes, y hoy su población emigra, cada vez más a Estados Unidos”. Experiencia extraña, pero suele pasar.

Vladimir López agrega: “En las dos últimas décadas (1990 – 2010), Honduras ha venido presentando un incremento acelerado en la salida de una parte de su población. La mayoría del flujo es con destino a Estados Unidos, pero también a otros países cercanos y más distantes, entre los cuales figuran Canadá, México, España, Italia, El Salvador y Guatemala” El académico aclara que en años recientes la migración internacional resulta muy significativa en estos dos últimos países, el estudio fue realizado de 2007 a 2011”.

Los datos emitidos por el estudioso de la Ciencias Sociales se verifican en la actualidad por ser los países de Honduras, El Salvador y Guatemala, naciones que forman el triángulo de América Central con mayores lanzadores de emigrantes. Porque se han conjugado factores económicos, políticos y naturales. En esta región se ha manifestado la sequía más acentuada en la década, la agricultura de subsistencia no satisface las necesidades de la población, a su vez, ha habido inundaciones en otras partes de esos países.

La población joven de estos países que no estudian ni trabajan, conocidos por “ninis” son las siguientes: “350,000 en Guatemala y 240. 000 en El Salvador. Honduras tiene la mayor tasa de ninis en América Latina, con 27, 5 por ciento de los jóvenes fuera de instituciones educativas y sin empleo. La incapacidad para encontrar un trabajo, progresar mediante la educación o apoyarse a si mismo a través del autoempleo o la agricultura, obliga, a muchos jóvenes centroamericanos a abandonar sus hogares y comunidades”.

Datos emitidos por la colombiana Adriana Beltrán mujer que realizó una pasantía en el alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados. Ahora titular del programa de seguridad ciudadana en la Washington Office on Latin America (WOLA), institución “enfocado a promoción de políticas integrales, la prevención de la violencia y la reforma policial y judicial en Centroamérica”; mujer activa y prepositiva para establecer fuerzas policiales profesionales y respetuosos de los derechos humanos. Es decir, educar a la policía y la población civil, porque en palabras de Nelson Mandela:

“La educación es el arma más poderosa que puede ser utilizada para cambiar el mundo”.  

Luego entonces, para frenar la emigración en necesario implementar políticas sociales y económicas que ´permitan el desarrollo de los hombres en sus respectivas sociedades de nacimiento y en donde se han desarrollado, debido a que el cariño de su amada tierra es más fuerte, siempre y cuando no ronde la amenaza de abandono; que es lo que orillas los éxodos. De ahí la invitación de realizar un pacto americano en que se garantice:  seguridad, empleos y educación.