La compra de gasolina en garrafas para vender, con precios de entre 30 y 50 pesos el litro, lo que ha llevado a Protección Civil a ordenar no despachar carburantes en envases de plástico, para frenar un creciente negocio de particulares, afectaría a quienes se han quedado “tirados” sin combustible y a larga distancia de los expendios.

Una medida mal recibida por los consumidores, según pudo constatarse este martes, en el undécimo día de la crisis de combustible que se vive en el centro del país, cuando el panorama se repitió: gasolineras vacías y filas kilométricas para llegar a aquellas que cuentan con combustible.

¿Y qué esperan que haga? ¿Qué empuje mi carro nueve kilómetros para llegar a la gasolinera? ¡No manchen!”, vociferó Fernando Ramírez Tapia, vecino de Téllez, al conocer la medida y mientras esperaba, por más de seis horas, obtener combustible en el expendio ubicado sobre la carretera México-Pachuca, a la altura de ese poblado.

Pese a lo dispuesto por Protección Civil la venta de combustible en garrafones continuó este martes, ante la presión ejercida por quienes esperaban horas, en el frío y bajo el sol, a obtener apenas 20 litros de combustible.

Hay familias completas, con todo y niños, haciendo fila con garrafones… quieren el combustible para revenderlo”, comentó Lorenzo “N”, despachador en un expendio ubicado sobre esa carretera.

Se sabe, además, de taxistas que “rentan” su tiempo a particulares y cobran por formarse durante horas para llenar tanques, aunque se encuentran conque la venta máxima es de 350 pesos por vehículo.

 

“Son revendedores de gasolina”: gasolineros

La oferta insuficiente de combustible en los expendios ha propiciado que surja este “negocio” entre particulares, acepta Raúl López Manjarrez, presidente de la Unión Global H32, al señalar que el 75 por ciento de los expendios en el estado se encuentran cerrados o solo venden gasolina por ratos, con una afectación en las ventas que asciende al 80 por ciento.

Para los dueños de gasolineras es fácil observar que muchos de los particulares que llegan a formarse con garrafas en los expendios son revendedores, “pues cargan, se llevan el combustible y regresan a comprar más”, se comentó.

Pues sí, la estoy revendiendo, pero no le hago daño a nadie, es mi tiempo… quien no quiere venirse a formar, paga la gasolina más cara, y sobran clientes”, aseguró Román “N”, quien junto con dos hijos y un sobrino, adolescentes, ha estado “trabajando” así desde que se agudizara la crisis, el viernes 4 de enero.

Para los despachadores, quienes se quedaron “tirados” sin gasolina llegan con recipientes pequeños, hasta con envases de refresco o de agua, pues no estaban preparados; otros más llegan con garrafones chicos, de 10 litros, “nuevecitos”, que acaban de comprar en tlapalerías.

Los que vienen para hacer negocio traen garrafas de 50 litros, pero  solo les vendemos 200 pesos”, asegura Lorenzo.

Se habla ya de que hay propietarios de camionetas con tanques con capacidad de 50 litros que llegan a cargar, también para revender, pero se llevan el chasco de que la venta se les limita a 350 pesos por vehículo.

Pues sí, nos estamos llevando una lana, pero trabajando, porque es una joda venirse a formar, no como otros, los gasolineros, que se hincharon de lana vendiendo huachicol… ¿o a poco no mi cuate?”, afirmó Román cuestionando a un despachador que se encontraba cercano.