He tomado prestado el título de esta columna de la introducción del libro de James Owen, La física de Wall Street. En este libro el autor inicia escribiendo sobre una figura legendaria en la física teórica: el Profesor James Harris Simons. Conocí el trabajo del Profesor Simons mientras preparaba mi tesis de doctorado.

Su obra es ampliamente conocida en la comunidad de físicos y matemáticos porque ayuda a entender y caracterizar ciertas estructuras conocidas como formas diferenciales, asociadas con lo que se conoce como invariantes geométricos de variedades diferenciales. Ciertamente se trata de un trabajo muy especializado.

Lo que yo no sabía acerca de James Simons es que su fortuna ha sido valuada este año por la revista Forbes en alrededor de 21.5 billones de dólares (es decir 21.5 ¡seguido de 9 ceros!). Resulta que en en 1988 fundó, junto con otro colega, la firma Renaissance Technologies.

Durante la siguiente década, su fondo de inversiones tuvo las estratosféricas ganancias de ¡más del 2000%! Hoy en día, el Profesor Simons es uno de los hombres más ricos del planeta. Aparentemente la estrategia seguida por la firma ha consistido en mantenerse alejado de los supuestos expertos financieros de Wall Street.

Renaissance Technologies tiene alrededor de unos 200 empleados y al menos un tercio de ellos tienen un perfil en matemáticas y física teórica y no en finanzas. Quant es el nombre dado a los profesionales que se encargan de encontrar modelos para el comportamiento de los mercados financieros. Proviene del hecho de que al modelar matemáticamente un sistema, se intenta cuantificar su comportamiento, lo cual es fundamental en el caso de los mercados financieros. El caso de James Simons es excepcional porque históricamente los físicos y matemáticos no hemos puesto suficiente atención a problemas complejos que están presentes en el mundo actual.

 

Regularmente las carreras en lo que se denomina ciencias “duras” son poco populares entre los jóvenes estudiantes. En particular las licenciaturas en física y matemáticas suelen tener pocos aspirantes. Esa tendencia parece estar cambiando. El número de aspirantes para el próximo periodo en el caso de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo es inusitadamente alto.

 

Es indispensable que los programas se adapten a la cambiante realidad global y que se incluya nuevas asignaturas que permitan a los egresados poder incursionar con éxito en un mundo altamente competitivo donde su formación en ciencias les ayude a encontrar soluciones novedosas a los problemas que enfrentan.

 

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