Con el nuevo régimen gubernamental del presidente Andrés Manuel López Obrador, los empresarios mexicanos tienen dos opciones: o ser arrastrados por las elevadas olas de un mar aparentemente embravecido, o subir a las crestas y demostrar sus mejores habilidades de surfistas. “Y tenemos todo para triunfar”, afirmó en Pachuca el famoso economista Alex Márquez.
Un nuevo régimen más enfocado a las causas sociales que pro empresarial, que no tuvo empacho para cancelar el proyecto aeroportuario de Texcoco y desaparecer al Inadem, a Proméxico, a las Zonas Económicas Especiales, al Consejo de Promoción Turística, entre otros programas oficiales de estímulo a las actividades económicas, provocando la desorientación, la incertidumbre que hoy viven los empresas y mujeres de empresa.
“Pero esta situación no es nueva; ya la vivimos con la entrada de México al mercado de libre comercio mundial, con el ingreso de China a este mercado, con la llegada de Donald Trump al poder… y hemos salido fortalecidos”, afirmó el doctor en economía y asesor financiero de más de un millar de empresas nacionales y extranjeras, para subrayar que “sin firma del T-Mec, nuestras exportaciones a Estados Unidos se han disparado”.
El economista sostuvo la mañana de este martes un encuentro con empresas afiliadas al Consejo Coordinador Empresarial en Hidalgo (CCEH), invitado por el presidente del organismo, Edgar Espínola Licona, para ofrecer su conferencia “Expectativas Económicas 2019”.
Y para surfear en la cresta de las olas los empresarios necesidan de una “tabla” indispensable: elevada productividad, entendida esta como competitividad en costo y calidad.
“Requerimos ser altamente competitivos y aprovechar las magníficas oportunidades que tenemos como país, entre las que destaca, más allá de las remesas, el turismo, la minería o las manufacturas, una industria automotriz que pese al presidente de los Estados Unidos ha seguido creciendo aceleradamente, y una ubicación estratégica, en el bloque norte de América, además de costas que dan a los dos continentes más importantes en economía: Europa y Asia.”
En el caso concreto de Hidalgo, destacó su inmejorable ubicación geográfica, a 90 kilómetros del mercado más grande en América Latina; su conectividad terrestre y su cercanía con el nuevo aeropuerto en Santa Lucía, además de su vecindad con entidades con acelerado crecimiento económico, como Querétaro.
El economista no dudó en elogiar a los gobernadores de Querétaro, Zacatecas o Aguascalientes. “Tienen impresa en el rostro la palabra promoción, y viajan con empresarios buscando atraer inversiones.”
Por ello recomendó “no temer a la llegada de grandes inversiones extranjeras, por el contrario, trabajar para convertirnos en sus proveedoras.”
Aceptó que con decisiones como Texcoco, Santa Lucía, Dos bocas, entre otras, el presidente López Obrador ha sembrado incertidumbre, pero dijo que “de una manera lo vemos los mexicanos y de otra, los extranjeros”, y auguró que en los próximos años llegarán a México fuertes inversiones. “Preparémonos para aprovecharlas al máximo.”