Formalizado legalmente por el Senado de la República en días pasados, pero en práctica desde que se popularizara el internet, el “home office”, -u oficina en casa, es decir, trabajo que se realiza desde casa sin asistir un horario fijo y determinado a la empresa en la que se labora-, cobra cada día más adeptos en el estado de Hidalgo.

A decir del Consejo Coordinador Empresarial en Hidalgo (CCEH), son cada vez más las empresas que permiten a sus empleados el practicar el home office, con beneficios tanto para el asalariado como para su patrón.

Cierto, es una tendencia que cada día va creciendo y es una buena opción para los trabajos administrativos”, considera el presidente del CCEH, Edgar Espínola Licona.

El home office pueden practicarlo aquellos trabajadores administrativos que pueden realizar la misma tarea, con una computadora e internet, tanto en la oficina como en su casa, como es el caso de contadores, abogados, diseñadores, publicistas, etcétera.

Ya este proceso se está dando en diferentes ramas de la economía”, afirma Espínola Licona, para hacer notar que, sin embargo, existen numerosos sectores productivos en donde el trabajador sí tiene que acudir a la empresa a desarrollar su trabajo, como es el caso de los obreros o quienes manejan maquinaria especializada o recursos que deben permanecer dentro de la empresa.

Los beneficios que reporta el home office son múltiples y tanto para el empleados como para el patrón; “incluso se colabora en la conservación del medioambiente”, hace notar el representante empresarial.

Los trabajadores que realizan su labor en casa dejan de circular a las llamadas “horas pico”, dejan de consumir comida y bebidas en la vía pública, reducen el uso de prendas de vestir “para oficina” y cuando se presentan en la empresa, esporádicamente, pueden hacerlo utilizando transporte público en las horas de menor demanda, evitando utilizar el automóvil, participar en embotellamientos y reduciendo la demanda de espacios de estacionamiento.

Pero las empresas, a su vez, también se benefician: “hay que verlo  desde este punto de vista: si los colaboradores realizan su trabajo en casa, el patrón puede ocupar espacios más reducidos para la empresa y pagar menos renta, se consume menos luz, menos servicio telefónico, agua para sanitarios, etcétera”, añade Espínola Licona.

El home office pone a prueba, eso sí, la productividad de los empleados y trabajadores, los que deben dedicar el mismo esfuerzo en su trabajo en casa que el que dan en una oficina.

Esto es posible, de acuerdo a la empresaria Lorena García Cázares, expresidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (Ammje) en Hidalgo, estableciendo resultados, tiempos de entrega, calidad en el trabajo, entre otros parámetros.

Cuando se trabaja con artesanos, por ejemplo, ellos también trabajan en casa, pero se establecen fechas de entrega que hay que cumplir, y ellos están conscientes de que los retrasos nos causan graves problemas.

Precursoras del “home office” son también las empresas maquiladoras, que en el caso de las de la industria del vestido, en Hidalgo, maquilan prendas de vestir para firmas internacionales, “y sabemos la importancia de trabajar con altos estándares de calidad y cumplir con fechas de entrega”, afirma al respecto el presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive) en la entidad, Gonzalo Ramírez Rasgado.

Cabe señalar que el Senado aprobó una reforma legal que hace formal esta opción laboral para dar respaldo a trabajadores y empleadores.

México es el tercer país en América Latina con el mayor número de personas que trabajan desde el hogar, solo superado por Argentina y Brasil.