¡Echado todo el día viendo la tele!, ¡no te despegas del celular!, ¡en la calle de vago! ¡sin hacer nada útil! Los reclamos paternos a quienes disfrutar de sus vacaciones de verano “echando la hueva”, tienen como respuesta una multitud de ofertas de Cursos de Verano, tan variada como sus costos, horarios y actividades a realizar.

Los cursos de verano son la salida ideal para aquellos padres y madres que laboran fuera del hogar y no tienen con quien encargar a sus pequeños o desean que en su descanso, los niños y adolescentes utilicen su tiempo de manera provechosa.

Ante esta situación, clubes deportivos, sociales, escuelas públicas y privadas, estancias infantiles y hasta docentes en receso también, ofrecen cursos de verano recreativos o de “fortalecimiento del conocimiento”.

Entre los cursos con mayor demanda está el que ofrece el Centro de Seguridad Social del IMSS, en el bulevar Felipe Ángeles, frente a la SEPH, del 15 de julio al 9 de agosto, con precios de 479 pesos por niño derechohabiente y de 575 pesos por no derechohabiente.

Dicho curso ofrece iniciación deportiva en varias disciplinas, natación y actividades de convivencia.

Cursos similares se ofrecen en otros espacios como la Unidad Deportiva Municipal, la Escuela de Artes, la Unidad Deportiva y Artística en Mineral de la Reforma, entre muchos más.

Pero también hay espacios como la Escuela Primaria Ramón G. Bonfil que ofrece este verano un curso recreativo, del 15 de julio al 2 de agosto.

Colegios particulares ofrecen también estos cursos, como es el caso del Instituto Cedrus, que además de un curso de verano del 8 de julio al 9 de agosto, ofrece también cursos de robótica, pintura, entre otros, o el colegio Elise Freinet, con su curso de verano de aprendizaje lúdico.

Pero  ¿qué hacer cuando el niño concluyó el grado escolar de manera deficiente o no lo aprobó? En estos casos se ofrecen también talleres de matemáticas, de lecto-escritura, de inglés, física-química, etcétera, tanto en colegios públicos como privados.

Es cada vez más frecuente, también, que docentes empleen sus semanas de asueto en el verano para ofrecer “cursos de regularización” para alumnos con deficiente record de aprendizaje, ya sea en sus casas o en salones contratados para ello, en donde por ser pocos niños y de un curso especial, se trata de enseñar a los niños y adolescentes de una manera lúdica.

En todos estos casos, los padres de familia, especialmente los que laboran fuera del hogar, se sienten confiados de que sus hijos utilizaran el tiempo libre de una manera productiva y sin los riesgos de quedar solos en casa.