Narcisa Gómez Jaén, es una destacada artesana, originaria de la comunidad de González Ortega, del municipio de Santiago de Anaya, quien lleva ya más de 40 años trabajando la artesanía en ixtle, labor que la llevó en 2017 a obtener el Gran Premio de Arte Popular, al presentar la mejor pieza de rescate.

Narcisa recuerda que el trabajo que realiza se remonta desde muchas generaciones atrás, pues lo hacía su bisabuela, su abuela, su mamá y ahora ella, que ha sido la representante más destacada, al lograr un premio nacional artesanal, lo va legando a sus hijas y a las jóvenes de su comunidad.

Yo trabajé desde la edad de 12 años, aprendí a hacer el ayate, a sacar el ixtle, a tallar la penca. Antes vendíamos los puros ayates, pero ahora ya no, ahora si que la juventud ya empezamos a hacer las bolsas, los estropajos, las carteras, las bolitas, de todo hacemos, desde el más chiquito, hasta lo más grande que puede encontrar ahí en el municipio de Santiago de Anaya”.

Fue siendo joven que empezó a probar otro tipo de manufacturas, además de lo tradicional del ayate, ya que comenzó a idear el hacer otras cosas con el ixtle, y así fue innovando junto con otras 7 personas, que se dedicaban a este trabajo.

Comparte que hacen falda de quince años, de boda, de todo, y recuerda los primeros premios que logró gracias a su trabajo como artesana, “el primer premio que yo obtuve, fue en mi municipio, que fue tejer el ayate el más fino, el más cerrado, que fue todo lo que calificaron, y en ese tuve el primer premio. Concurse durante 15 años, y en los 15 años logré varias veces el primer lugar en Santiago de Anaya”.

De ahí que se vino a Pachuca a concursar presentar la prenda más fina, donde volvió a lograr un primer lugar. En Pachuca ha presentado prendas como rebozo, camino de mesa, vestidos, faldas, blusas, chalecos, todo de telar de cintura, nada de gancho.

Hace dos años, en 2017, Narcisa mandó una de sus prendas a México, donde ganó un primer lugar nacional como prenda de rescate, “ese premio que me dieron allá es por rescatar lo que nosotros hacemos, que es la fibra del maguey que ya no se hacía más, pues esto ya se estaba perdiendo y nosotros lo rescatamos y le dieron el primer lugar”.

Reconoce que al recibir este premio se sintió feliz y a gusto, porque esto que se estaba perdiendo, ya fue premiado a nivel nacional, “ya no quedó nada más en mi municipio, esto ya fue nacional y me sentí feliz”.

Pero advierte que no nada más se va a quedar allí, ya que va a echarle ganas para seguir adelante, pues no piensa quedarse solo con eso, sino que en su municipio ya comenzó a dar cursos sobre la artesanía que elabora.

Las jovencitas en estos tiempos de 15 o 16 años como que ya no quieren trabajar lo que nosotros trabajamos, pero yo lo estoy impulsando para que no se pierda esto”.

Narcisa les dio un curso a 25 chicas sobre la labor artesanal que hace, con lo cual transmite su conocimiento para rescatar el trabajo y la artesanía en ixtle, para que esta tradición siga adelante, “primero les enseñamos sobre la hilada, la lavada, todo eso, y enseguida les enseñe la tejida del ayate y el telar de cintura, entonces ya aprendieron y ya terminamos, y ahorita estamos empezando a hacer otro grupito”.

Incluso uno de sus nietos, que ya va a la universidad, también ha logrado sacar premios haciendo esta labor, “tiene 18 años y se llama Moisés de Jesús Téllez”.

Narcisa tiene cuatro hijas, de las cuales una de ellas es su mano derecha, ya que es quien le ayuda y le apoya, pues en lo que ella hila, las demás tejen, pero son tres hijas a quienes ha legado esta tradición de la labor en ixtle.

Refiere que ya son más de 70 personas que se dedican a estas tareas, que ya se extendió a Ixmiquilpan y a otros municipios, lo que significa que está tradición se preservará.

Reconoce que si corrió peligro de desaparecer esta técnica y trabajo con el ixtle, pues eran poquitas personas las que hacían telar de cintura, “ya no eran muchas personas, pero vieron que nosotros le echamos ganas y salimos adelante con esto, y sacamos a nuestros hijos adelante, entonces dicen ‘dame trabajo’. Y aquí está, pero primero enséñate a hilar, a tejer, no nada más a comprar, hay que enseñarles como se hace desde abajo para arriba, no solo comprar y vender, porque eso no es ser artesano”.

Son diversos los precios de sus artesanías, además de que dependen de la calidad y tamaño de los hilos, mismos que ofrece en la comunidad de González Ortega, de Santiago de Anaya, así como en la tienda Hidarte, localizada en Pachuca.

La señora Narcisa comenta que ya tiene la idea de abrir un localito con todos sus productos precisamente en González Ortega, localidad que está a orilla de carretera, donde podrán encontrarla y comprar su artesanía.

Por último, señala que no dejan perder el maguey, que es la planta que los provee de la materia prima, pues lo raspan y sacan el corazón para tallarlo y hacer las prendas finas, y cuando se seca, tienen que plantar otro, y van renovando las plantas para que los magueyes siempre les den su materia, ya que tardan de 4 a 7 años en estar listos para la fibra.